Para Olguita, que siempre encuentra la forma de sorprendernos.

Olga Arriola de Geng es guatemalteca, aunque nació en París en 1928. Viajera incansable, investigadora, ceramista, escritora, pintora y escultora, conoce como pocas los misterios y secretos de los textiles guatemaltecos, que ha estudiado toda su vida. Hace unos años decidió bordar una colección de decenas de huipiles en miniatura (huipilitos) para preservar los diseños de la tradición guatemalteca en una escala reducida. La colección, que se exhibe en un museo de la Ciudad de Guatemala, ha inspirado esta historia.

Cuando Olga tenía tres años, sus padres la llevaron a la plaza central de Totonicapán. Había una feria.

Los canastos estaban llenos de muchas frutas y vegetales: zanahorias y jocotes, pitayas y repollos, chilacayotes y caimitos, güisquiles y guanabas, capullos de loroco y limones.

Los vendedores ambulantes ofrecían dulces y caramelos de todos los colores.

Un periquito verde con copete anaranjado salía de su jaula y sacaba papelitos de una cajita. La gente reía al leerlos.

De pronto, Olga escuchó un grito de admiración. Todos levantaron la vista hacia el cielo. Ella también lo hizo.