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Aspectos ambientales.
Identificación y evaluación

Antonio Carretero Peña

Créditos

Título: Aspectos ambientales. Identificación y evaluación. ePUB

Autor: Antonio Carretero Peña

© AENOR Internacional, S.A.U., 2018

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial en cualquier soporte, sin la previa autorización escrita de AENOR Internacional, S.A.U.

ISBN: 978-84-8143-977-9

Impreso en España – Printed in Spain

Edita: AENOR Internacional, S.A.U.

Maqueta y diseño de cubierta: AENOR Internacional, S.A.U.

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A todas las personas que se preguntan cómo dejar a sus hijos un planeta mejor.

Y, en particular, a los lectores de este libro.

Introducción

La nueva edición de este libro tiene por objeto poner en conocimiento del lector algunos conceptos que se utilizan en la actualidad en la aplicación e implantación de sistemas de gestión ambiental. En particular, se pretende discernir entre aspecto e impacto ambiental, evaluación de aspectos, impactos o riesgos y profundizar en el origen y finalidad de todas estas herramientas de gestión ambiental.

Está dirigida hacia la adquisición de conocimientos específicos de algunas novedosas disciplinas ambientales, mostrando con ejemplos y casos prácticos posibles vías de aplicación de los conceptos y fundamentos planteados y será de utilidad para las personas interesadas en profundizar en el conocimiento de las técnicas ambientales y en especial, al profesional que necesita adquirir los conocimientos necesarios para la realización de consultorías y auditorías ambientales, así como a responsables de sistemas de gestión ambiental en empresas de cualquier ámbito de actividad.

El libro está estructurado en tres partes:

Conceptos, fundamentos y características de los aspectos ambientales: en esta parte, tras una presentación de conceptos generales, definiciones y ámbito de aplicación (capítulos 1 y 2) y de las metodologías tradicionalmente utilizadas para determinar posibles alteraciones causadas por las actividades empresariales en el medio ambiente (capítulo 3), se repasan los fundamentos de las metodologías de caracterización de impactos ambientales (capítulo 4) y de riesgos laborales (capítulo 5), que constituyen el origen de las metodologías de evaluación de aspectos, aplicadas en sistemas de gestión ambiental basados en la Norma UNE-EN ISO 14001:2015 Sistemas de gestión ambiental. Requisitos con orientación para su uso, y en el Reglamento Europeo (CE) n.º 1221/2009, relativo a la participación voluntaria de organizaciones en un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambiental (EMAS).

A continuación, se profundiza en las características y particularidades de las metodologías de evaluación de aspectos ambientales (capítulo 6), explicando la importancia de esta herramienta como base de partida para el desarrollo posterior de un sistema de gestión ambiental (capítulo 7).

Casos prácticos: los capítulos del 8 al 15 muestran algunos ejemplos de aplicación práctica de los conceptos expuestos, utilizando casos de situaciones empresariales que se producen en realidad. Es por ello por lo que esta guía pretende ser una herramienta práctica, que contemple las tendencias normativas actuales y facilite los conocimientos necesarios para una adecuada aplicación e implantación de sistemas de gestión ambiental en diferentes ámbitos de actividad.

Anexos: incluyen un listado de legislación española sobre evaluación de impacto ambiental, los índices de la Norma UNE-EN ISO 14001:2015 y el Reglamento EMAS y un listado de normas relacionadas con la materia.

Tras el éxito cosechado por anteriores publicaciones, y debido a la natural evolución de la normativa técnica y jurídica al respecto, se ha hecho patente la necesidad de actualizar su contenido, dando respuesta así a las numerosas peticiones recibidas en este sentido, tanto desde los sectores empresariales españoles como latinoamericanos, sobre todo a raíz de la aprobación de la nueva versión de la Norma UNE-EN ISO 14001 en el año 2015.

Se ha aprovechado para incluir en esta nueva edición mayor cantidad de esquemas y gráficos descriptivos, así como ampliaciones y aclaraciones en algunos apartados que ofrecían cierta dificultad de comprensión. Asimismo, se ha introducido nueva casuística, elegida especialmente para enriquecer con especificidades y problemáticas singulares y originales las posibles metodologías de identificación y evaluación de aspectos ambientales, su correlación con los impactos asociados, así como consideraciones prácticas del enfoque hacia el ciclo de vida y los riesgos asociados.

Parte I. Conceptos, fundamentos y características de los aspectos ambientales

1. Conceptos y definiciones aplicables

1.1. Medio ambiente. Aspecto ambiental

Con la aparición de la familia de normas UNE-EN ISO 14000 surgieron algunas definiciones para conceptos que, desde tiempo atrás, se venían barajando por los profesionales dedicados a las disciplinas ambientales. Estas definiciones han sido adoptadas con posterioridad en la reglamentación sobre gestión y auditoría ambiental de la Unión Europea. Debido a las implicaciones que estos conceptos tienen en la implantación de sistemas de gestión ambiental, se hace necesario incluir algunas precisiones sobre los mismos.

En concreto, se define medio ambiente como el entorno en el cual una organización opera, incluyendo el aire, agua, suelo, recursos naturales, flora, fauna, los seres humanos y sus interrelaciones.

Por otro lado, se define aspecto ambiental como elemento de las actividades, productos o servicios de una organización que interactúan o pueden interactuar con el medio ambiente.

Por tanto, un aspecto ambiental es aquello que una actividad, producto o servicio genera (en cuanto a emisiones, vertidos, residuos, ruido, consumos, etc.) que tiene o puede tener incidencia sobre el medio ambiente, entendido este como el medio natural receptor de los aspectos ambientales, incluyendo dentro de este medio los seres vivos que habitan en él.

Nota: cuando las actividades afectan a los trabajadores, debe estudiarse la problemática desde el ámbito de la prevención de riesgos laborales, mientras que si esas actividades producen daños a seres humanos ajenos a la actividad, cabe su inclusión en el ámbito ambiental. Se excluye así de este ámbito la prevención de riesgos laborales, objeto de tratamiento particularizado mediante otras disciplinas de gestión.

Una manera muy intuitiva de comprender estas definiciones es considerar el espacio en el que se realizan las actividades como una esfera, en la que todo aquello que entra, a excepción de las materias primas o recursos, y todo aquello que sale, exceptuando los productos o servicios, debe considerarse como aspecto ambiental (véase la figura 1.1).

Figura 1.1. Flujo de aspectos ambientales

En realidad, aunque los aspectos ambientales de acuerdo con esta representación son las emisiones de un penacho, las aguas de un punto de vertido, los diferentes residuos, las emisiones acústicas de cada foco, o los consumos de agua, energía eléctrica y combustibles, estas interacciones con la naturaleza quedan definidas con los parámetros que las caracterizan, que, por ejemplo, en un penacho, son las concentraciones de los tipos de gases emitidos (CO, NOx, SO2 y partículas, para emisiones de combustión), o en un vertido son parámetros como pH, sólidos en suspensión, caudal, temperatura, DBO, DQO, cloruros, etc. La identificación y evaluación de las interacciones con el exterior mediante parámetros medibles –muchos de ellos requisito legal– es el principio rector del desarrollo de los próximos capítulos y de los casos prácticos.

1.2. Impacto ambiental. Efecto ambiental

La Norma UNE-EN ISO 14001 define impacto ambiental como cualquier cambio en el medio ambiente, sea adverso o beneficioso, resultante en todo o en parte de los aspectos ambientales de una organización.

Algunos autores consideran, acertadamente, una diferenciación de mayor detalle y distinguen entre efecto e impacto, de tal manera que se considera el efecto ambiental como el cambio de comportamiento del medio natural, y el impacto como la categorización o valoración de ese cambio.

Se desprende de estos conceptos que hablar de aspectos o impactos ambientales es hablar de causas o efectos, respectivamente, pues:

• Aspecto = causa (X).

• Efecto = cambio de comportamiento del medio natural.

• Impacto = cuantificación de dicho efecto (Y).

A modo de ejemplo, se considera que, en una chimenea que emite gases procedentes de una combustión, el aspecto (X) es la emisión de esos gases, el efecto se produce cuando los mecanismos F (X) del medio natural (difusión de esos gases en la atmósfera) posibilitan que el penacho alcance el suelo alterando sus parámetros físicos, y el impacto (Y) es la categorización de la alteración producida en dichos parámetros (véase la figura 1.2).

Figura 1.2. Relación entre aspecto, efecto e impacto ambiental

1.2.1. Concepto de aspecto ambiental significativo

Así, cuando la norma aclara que un aspecto significativo (X) es aquel que produce o puede producir un impacto significativo (Y) está explicando que, asociado a un efecto significativo, existen una o varias causas que lo generan y que le atribuyen tal condición, dando lugar a que se piense que existen mecanismos del medio F (X) o, lo que es lo mismo, relaciones causa-efecto que, como más adelante se explicará, tienen una importancia capital, pues permiten, actuando sobre las causas, paliar o prevenir los efectos asociados.

2. Alcance de la identificación y evaluación de aspectos ambientales

2.1. Actividades de la organización

A la hora de decidir el alcance de la aplicación de un sistema de gestión ambiental, hay que tener en cuenta ciertas consideraciones para su delimitación. La Norma UNE-EN ISO 14001:2015 y el Reglamento (CE) n.º 1221/2009 (EMAS) se refieren a una de ellas cuando establecen que la organización debe determinar las condiciones ambientales (clima, calidad del aire y agua, uso del suelo, contaminación existente, disponibilidad de recursos naturales, biodiversidad y otras cuestiones del medio receptor) capaces de afectar o verse afectadas por ella, o lo que es lo mismo, una organización debe identificar los aspectos ambientales de sus actividades, productos o servicios capaces de afectar al medio para poder controlar aquellos sobre los que se pueda influir a lo largo del ciclo de vida de dichas actividades, productos o servicios (perspectiva del ciclo de vida). Esto significa que el ámbito de la identificación estará acotado por las posibilidades de actuación de la organización sobre los aspectos ambientales identificados (tanto producidos como recibidos) asociados al ciclo de vida de sus actividades, productos o servicios.

Así pues, no solo deben identificarse aspectos sobre los que se dispone de total control o influencia, sino todos aquellos sobre los que se dispone de cierta capacidad de control, que haga que se pueda actuar sobre ellos. El reglamento menciona ejemplos de aspectos ambientales claramente controlables y parcialmente controlables (véase el capítulo 7).

La Norma UNE-EN ISO 14001 establece que una organización posee la libertad y flexibilidad para definir el alcance, eligiendo implantar el sistema de gestión ambiental en toda la organización o en unidades operativas específicas de esta siempre y cuando se mantenga la credibilidad del sistema. Así pues, si una parte de la organización está excluida del alcance, se debe poder explicar esta exclusión, que en realidad solo es coherente cuando se puede justificar que no se tiene ningún control o influencia sobre los aspectos ambientales de la misma. Un ejemplo de esta situación podría ser la existencia de aspectos asociados a producto en centros fabriles con diseño de producto impuesto por secciones jerárquicamente superiores de la organización o la imposibilidad de influir en los aspectos ambientales de algunas etapas del ciclo de vida de productos y servicios, realizadas por otras organizaciones o consumidores finales.

Así pues, el ámbito de la identificación y evaluación abarcará a todas las actividades, productos y servicios que se puedan controlar o sobre los que se pueda influir:

• Que se desarrollen dentro de las instalaciones propias de la organización.

• Que se desarrollen en el lugar de prestación de servicio o se gestionen desde las instalaciones de la organización, siendo estas actividades productivas o auxiliares y realizadas tanto por el personal de la plantilla como por el subcontratado.

• Que se desarrollen en instalaciones o servicios de otras organizaciones o consumidores finales incluidos en el ciclo de vida de las actividades, productos o servicios.

Es importante reparar también en el concepto de organización, que la norma define como: “persona o grupo de personas que tienen sus propias funciones y responsabilidades, autoridades y relaciones para el logro de sus objetivos”, con una nota aclaratoria relativa a que: “el concepto de organización incluye, entre otros, un trabajador independiente, compañía, corporación, firma, empresa, autoridad, sociedad, organización benéfica o institución, o una parte o combinación de estas, ya estén constituidas o no, públicas o privadas”.

A efectos ambientales, esta amplitud del concepto de organización se concreta en tres grandes tipos de organizaciones:

• De producción.

• De construcción.

• De servicios.

Las primeras se encuentran asociadas a uno o varios centros físicos de operación (por ejemplo, terrenos donde se encuentra ubicada una planta química), desde las que se realizan múltiples productos y servicios, las segundas mantienen centros de actividad administrativa (oficinas) y múltiples centros de operación (obras) y las terceras tienen como base oficinas, no estando las actividades necesariamente relacionadas con centros físicos de operación (por ejemplo, vehículos de un servicio de transportes).

Nota: se considera centro de operación el terreno en un punto geográfico determinado, bajo el control de gestión de una organización que abarque actividades, productos y servicios (incluido infraestructuras, equipos y materiales).

Por tanto, en general, aunque depende de las particularidades de cada organización, cuando se realice la revisión inicial para la implantación del sistema de gestión se deberán identificar los aspectos ambientales de actividades, productos o servicios en:

Centros de operación

para

organizaciones de producción

Oficinas, obras

para

organizaciones de construcción

Oficinas, lugar de prestación de servicio

para

organizaciones de servicios

No obstante, también deberá identificar los aspectos ambientales de actividades asociadas al ciclo de vida de los productos o servicios realizados por la organización, y sobre las que esta dispone de influencia, tales como la adquisición de materias primas, el diseño, el transporte/entrega, el uso, el tratamiento al finalizar la vida y la disposición final.

Esto no significa que se deba realizar un análisis de ciclo de vida detallado, de acuerdo con instrumentos y guías existentes para este tipo de análisis, sino que es suficiente tener en cuenta los aspectos ambientales de las etapas del ciclo de vida sobre las que se dispone de capacidad de influencia (perspectiva de ciclo de vida).

La selección correcta del ámbito de aplicación de la identificación de aspectos ambientales influirá decisivamente en la utilidad y veracidad de los resultados de la evaluación de dichos aspectos. En cualquier caso, el alcance que se establezca debe basarse en hechos, ser representativo de las operaciones incluidas en los límites físicos y organizacionales del sistema de gestión ambiental y no deberá inducir a errores a las partes interesadas.

2.2. Situaciones generadoras de aspectos ambientales

Los aspectos ambientales hacen referencia a los elementos de las actividades, productos o servicios de una organización que interactúan o pueden interactuar con el medio ambiente. Así pues, atendiendo a la posibilidad de su materialización se distinguen dos situaciones generadoras de aspectos ambientales que a su vez se desdoblan en categorías y que se han denominado de la siguiente manera:

• Previstos: emanada de la certeza de la existencia de los aspectos ambientales incluidos en esta categoría:

– Condiciones normales (CN): son las habituales de operación o actividad (producción y prestación de servicio).

– Condiciones anormales (CA): son las habituales relacionadas con servicios auxiliares (arranques, paradas, limpiezas, mantenimientos, etc.) que, estando ligadas directa o indirectamente a la actividad principal de la organización, son planificadas, programadas y previsibles.

• Potenciales: emanada de la posibilidad de la existencia de los aspectos ambientales correspondientes:

– Incidentes (I): son situaciones no previstas, en las cuales se origina riesgo de daño al medio ambiente pero cuyas consecuencias ambientales, en el caso de que se originen, son de carácter menor (pequeñas fugas, derrames, escapes, manchas en el suelo, etc.).

– Accidentes (A): igual que las anteriores, pero de carácter mayor. Los aspectos ambientales son emisiones, vertidos, residuos..., que aparecen como consecuencia de diferentes escenarios de riesgo (incendios, explosiones, inundaciones, vertidos accidentales, terremotos, etc.).

El proceso de identificación de aspectos tendrá que considerar todas estas situaciones aunque, como se verá más adelante, la metodología de evaluación no requiere necesariamente un tratamiento conjunto de todas ellas. De hecho, es frecuente que, debido a las características específicas de los aspectos denominados previstos, se opte por la elección de criterios diferentes de significatividad para estos aspectos respecto de los generados en otras condiciones (potenciales). Así pues, generalmente se evalúan los aspectos derivados de condiciones normales y anormales, por un lado, mientras que los derivados de incidentes y accidentes se tratan por otro.

Otra reflexión importante a la hora de identificar aspectos ambientales es la dimensión temporal de su generación, es decir, los aspectos ambientales pueden existir debido a:

• Actividades pasadas: son aquellas que cesaron en su momento y se realizaban con anterioridad a las actuales. Estas actividades, evidentemente, afectaron al medio ambiente, aunque normalmente solo pueden apreciarse sus efectos en suelos, dado que las alteraciones de las condiciones de otros medios (atmósfera, aguas, etc.) tienen a estos como destino final, debiendo considerarse en la metodología de evaluación los problemas que han ocasionado.

• Actividades presentes: son las que pueden identificarse como resultado de un análisis de las actividades, las instalaciones y los emplazamientos existentes en el momento actual.

• Actividades futuras: son las que previsiblemente se adoptarán con motivo de nuevos proyectos o desarrollos de ampliación de las instalaciones actuales y, como consecuencia, generarán aspectos ambientales. Los aspectos originados por estas actividades suelen contemplarse en los objetivos y programas futuros.

Por otra parte, atendiendo a su manifestación física, los aspectos ambientales pueden clasificarse en:

• Emisiones: sustancias gaseosas, polvo, partículas, nieblas, humos, vapores, etc.

• Vertidos: a cauce de ríos, costa o sistema colector municipal. Las características del vertido se representan por su pH, T, DBO, DQO, caudal, ecotoxicidad, concentración de especies contaminantes específicas, etc.

• Residuos: urbanos o asimilables a urbanos (RSU), peligrosos (RPs) e inertes.

• Ruido: emisión energética acústica.

• Consumo de recursos auxiliares: agua, energía eléctrica y combustibles.

• Afección en suelos: caracterizada por parámetros de concentración de especies químicas depositadas con motivo de actividades pasadas.

Además, se pueden identificar aspectos ambientales sobre los que se dispone de capacidad de influencia en las fases del ciclo de vida de los productos y servicios ofrecidos por la organización (aunque correspondan a actividades de otras organizaciones o consumidores).

Complementariamente, atendiendo a la capacidad de influencia en la gestión, el Reglamento EMAS considera aspectos directos e indirectos, denominando aspectos directos al conjunto de aquellos que se vienen considerando sobre los que la organización tiene control de la gestión, e indirectos a aquellos sobre los que la organización no tiene pleno control de la gestión (tales como nuevos mercados, inversiones de capital, decisiones de índole administrativa y comercial, etc., o aspectos que, aunque directos, son ajenos, ocasionados por agentes naturales u otras organizaciones sobre las que no se dispone de influencia, como derrames de petroleros en playas, incendios forestales fortuitos, sabotajes o acciones terroristas, impactos de avión o misil, inundaciones, seísmos, corrimientos de terreno y desprendimientos, tormentas eléctricas, escenarios en instalaciones próximas: efecto dominó, etc.).

Todas estas clasificaciones quedan sintetizadas en la figura 2.1.

Teniendo presentes estas clasificaciones se puede elaborar una lista bastante completa de los aspectos ambientales existentes. En la figura 2.2 se muestra una lista de aspectos ambientales que pueden encontrarse en centros productivos.

En este libro se analizan todas estas posibilidades y sus problemáticas específicas, mostrando alternativas para un tratamiento adecuado de los aspectos ambientales derivados de dichas situaciones.

1. Atendiendo a la posibilidad de su materialización:

• Aspectos previstos: condiciones normales y anormales.

• Aspectos potenciales: incidentes y accidentes.

2. Atendiendo a la dimensión temporal de su generación:

• Actividades pasadas, presentes y futuras.

3. Atendiendo a su manifestación física:

• Emisiones, vertidos, residuos, ruido, consumos y suelos.

4. Atendiendo a la capacidad de influencia en las fases del ciclo de vida de productos y servicios:

• Aspectos de las categorías 1 a 3, existentes en las fases de adquisición de materias primas, diseño, producción, transporte, entrega, uso, tratamiento al finalizar la vida y la disposición final, sobre los que se dispone de capacidad de influencia.

5. Atendiendo a la capacidad de influencia en la gestión:

• Directos: aspectos de las categorías 1 a 4 anteriores sobre los que se dispone de capacidad de influencia.

• Indirectos: aspectos de las categorías 1 a 4 anteriores sobre los que no se dispone de plena capacidad de influencia y no necesariamente relacionados con el ciclo de vida de productos o servicios (aspectos derivados de coyunturas económicas, de mercado, o de situaciones potenciales ajenas debidas a otras organizaciones sobre las que no se dispone de capacidad de influencia o agentes naturales).

Figura 2.1. Clasificación de aspectos ambientales

Aspectos previstos (normales y anormales)

Emisiones

De combustión y por cada foco: NOx; CO; SO2; partículas de inquemados.

De procesos específicos: COV; cloro; vapores ácidos; partículas diversas.

Vertidos

De aguas industriales: DQO; SS; Cl; pH; Q; T; ecotoxicidad.

De aguas sanitarias: DBO; SS; pH.

Con destino a cauce: Cl; Q; T.

Concentraciones en vertido de especies relacionadas con los procesos.

Residuos

Peligrosos:

• Restos de aceites y grasas.

• Residuos líquidos diversos nocivos, ácidos, corrosivos, inflamables y tóxicos.

• Restos sólidos impregnados de aceite.

• Envases metálicos con restos de productos químicos.

• Envases que han contenido residuo peligroso.

• Lodos de depuradora caracterizados como peligrosos.

• Disolventes usados.

PCBs/PCTs.

• Baterías y pilas.

• Fluorescentes/lámparas de mercurio.

• Residuos biosanitarios.

No peligrosos:

• RSU.

• Escombros (inertes).

• Chatarra.

• Madera (palés).

• Cartón/papel.

• Plásticos de envoltorios.

Ruido

• Diurno.

• Vespertino.

• Nocturno.

Consumos

Servicios auxiliares: agua de red, pozo y río; electricidad; gas natural; gasóleo; fuel; carbón.

Aspectos potenciales (incidentales y accidentales)

Incidentales:

• Derrames de aceite; fugas; residuos de conatos de incendio; manchas sobre suelo.

Accidentales:

• Emisiones, vertidos, residuos, consumos, plumas de contaminación subterránea, etc.; derivados de los escenarios de riesgo: incendio, explosión, fugas, derrames, inundaciones o terremotos.

Figura 2.2. Lista de aspectos ambientales

3. Origen de las metodologías de evaluación de aspectos ambientales

Como se ha detallado en el capítulo anterior, existen varias clasificaciones de aspectos ambientales. Puesto que con la aparición de las normas ambientales de la serie ISO 14000 y del Reglamento (CE) n.º 1221/2009 (EMAS) una de las tareas principales para la implantación con éxito de un sistema de gestión ambiental es la evaluación de los aspectos ambientales, la tarea se concreta en realizar la evaluación de los aspectos que se hayan identificado aplicando todas estas clasificaciones.

Sin embargo, para realizar esta evaluación no se propone, en los documentos anteriores, ninguna metodología de carácter sistemático basada en conocimientos ambientales y suficientemente contrastada y experimentada.

Por tanto, el primer paso para poder realizar una propuesta metodológica de evaluación de aspectos ambientales consistente se fundamenta en analizar las metodologías disponibles para la realización de otros tipos de estudios ambientales que cronológicamente se han desarrollado con anterioridad y se vienen aplicando normalmente con eficacia, estudiando las posibilidades de dichos estudios para satisfacer las necesidades de las evaluaciones de aspectos ambientales o, al menos, para orientar sobre cómo deberían ser las metodologías de evaluación de aspectos.

3.1. Estudios de impacto ambiental

Concretamente, los estudios de impacto ambiental se desarrollaron durante el principio de la década de los 70 con un nítido carácter preventivo para examinar, en la fase de proyecto, las alteraciones o efectos que se producirían en el medio ambiente como consecuencia de la realización de determinadas construcciones, y su grado de afección o impacto sobre el mismo.

Actualmente, existen disposiciones legales, tanto a nivel estatal como en el ámbito de las comunidades autónomas, que regulan el contenido de los estudios de impacto ambiental y las actividades que están sujetas a la realización de este tipo de estudios. En el anexo A se muestra un listado en el que se citan las disposiciones más recientes sobre la materia. De manera general, aunque no sea un requisito legal, cualquier proyecto podría someterse a un estudio de impacto con la profundidad conveniente a su complejidad.

Básicamente, los estudios de impacto ambiental (EsIA) son proyectos que incluyen memoria, planos, presupuestos, pliegos de condiciones y, en general, documentaciones técnicas sujetas en su estructura, contenido y funciones a las normas legislativas citadas, dentro de un proceso administrativo de aprobación de sus resultados y conclusiones denominado genéricamente evaluación de impacto ambiental.

Estos estudios, que pueden ser realizados de forma muy diversa, tienen en común la categorización de la importancia de las alteraciones que pueden producirse en el medio ambiente, con objeto de establecer prioridades y mecanismos preventivos adecuados para evitar o reducir las consecuencias que para el medio pudieran derivarse.

Así pues, con las conclusiones obtenidas, dichos estudios requieren la preparación de un paquete de medidas correctivas que afectan al proyecto y a las fases de construcción, operación y abandono de su explotación, que se ejecuta mediante el correspondiente programa de vigilancia ambiental.

En particular, en las actividades de construcción, estos programas se asemejan bastante, tanto en sus fines como en sus objetivos, a los planes de gestión ambiental de la actividad.

En el capítulo 4 se analiza el contenido de los estudios de impacto ambiental y se explica cómo se pueden utilizar para la realización de evaluaciones de los aspectos ambientales previstos.

3.2. Evaluaciones de riesgos

Las evaluaciones de riesgos nacieron, antes aún que los estudios de impacto, como una herramienta también de carácter preventivo, con objeto de identificar y evaluar los riesgos derivados de escenarios potenciales (incidentes y accidentes) en el ámbito laboral, siendo su finalidad proporcionar la información más adecuada para abordar el control de dichos riesgos de una manera racional, estableciendo prioridades de actuación sobre la base de unos criterios técnicos de seguridad y salud, tanto para las personas como para las instalaciones interesadas.

La reglamentación existente para la realización de evaluaciones de riesgos es abundante y variada, con propuestas metodológicas adaptadas a las necesidades de los riesgos sectoriales evaluados. En el anexo A también se muestra un listado en el que se citan algunas de las disposiciones más recientes en la materia.

En el capítulo 5 se analiza la información que se incluye en los análisis de riesgos y se explica cómo se puede utilizar para la realización de evaluaciones de aspectos ambientales potenciales.

3.3. Análisis de ciclo de vida

Los análisis de ciclo de vida (ACV) estudian las componentes ambientales de los productos y servicios, desde su concepción o diseño hasta su abandono después de su periodo de vida útil, existiendo, para este tipo de estudios, numerosas herramientas metodológicas en el mercado que, sin duda, son un punto de partida obligado antes de emprender una evaluación de aspectos de productos y servicios.

Se puede decir que, al igual que los estudios de impacto ambiental y las evaluaciones de riesgos, los análisis de ciclo de vida son herramientas útiles para la evaluación de aspectos de las actividades, productos y servicios.

La diferencia fundamental reside en el alcance del trabajo, puesto que un ACV estudia las componentes ambientales desde la extracción y obtención de las materias primas hasta la eliminación y destino de un producto/servicio una vez agotado su periodo de vida útil. Al centrarse en el producto/servicio, esta amplitud incluye actividades realizadas por varias organizaciones diferentes, como las dedicadas a extracción y minería, transporte, procesado, utilización y tratamientos finales como reciclaje, reutilización o valorización.

Puesto que la Norma UNE-EN ISO 14001:2015 está dirigida a las organizaciones que voluntariamente deseen adoptar un sistema de gestión ambiental de acuerdo con sus directrices, la evaluación de aspectos asociados al producto/servicio queda limitada a las actividades de otras organizaciones o consumidores sobre las que la organización tiene influencia. Otra limitación para aprovechar técnicas de ACV en evaluaciones de aspectos asociados al producto, reside en su dificultad de aplicación –salvo en lo que respecta al tipo de envase o embalaje– a productos constituidos por un solo componente (productos químicos, petróleo, energía, etc.), siendo enfocadas fundamentalmente al análisis de productos multicomponentes tales como equipos mecánicos, montajes industriales, electrodomésticos, etc.

En el caso práctico 5 se muestra un ejemplo de evaluación de aspectos ambientales de productos en el que se pueden ver aplicadas las técnicas de ACV.

3.4. Norma UNE-EN ISO 14001:2015 y Reglamento (CE) n.º 1221/2009 (EMAS)

El apartado 6.1.2 de la norma, correspondiente a aspectos ambientales, establece que se deben determinar aquellos aspectos que tienen o pueden tener impactos ambientales significativos sobre el medio ambiente. Es decir, el objeto de dicho capítulo es la identificación de todos los aspectos ambientales dentro del alcance del sistema de gestión y la determinación de los que más puedan alterar las condiciones del medio natural.

Este apartado requiere, por tanto, diferenciar los aspectos ambientales significativos, aunque no propone mecanismos para hacerlo. Se genera así la necesidad de operar de acuerdo con una sistemática fundamentada, lo que supone el desarrollo de nuevas metodologías o la aplicación de alguna de las existentes con las convenientes adaptaciones.

El Reglamento EMAS requiere la realización de una identificación formal de aspectos ambientales mediante un proceso de revisión inicial de la situación ambiental. No obstante, no propone una metodología sistemática de identificación y evaluación de aspectos, sino que, al igual que le sucede a la Norma UNE-EN ISO 14001, informa sobre unos requerimientos generales para su realización.

Con estos precedentes, la presente publicación constituye un esfuerzo para ocupar el vacío metodológico existente, explicando las diferencias entre las diversas herramientas disponibles y la manera de adaptarlas a los requerimientos de la Norma UNE-EN ISO 14001 y del Reglamento EMAS, así como a las necesidades operativas y tecnológicas ambientales de las organizaciones que abordan el proceso de implantación de un sistema de gestión ambiental de acuerdo con dichas referencias (véase la figura 3.1).

En los capítulos 6 y 7 se desarrolla la dinámica de aplicación de esta metodología, que se complementa con la exposición de varios casos prácticos.

Figura 3.1. Origen de una Evaluación de Aspectos Ambientales (EAA)