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Álvaro Andrés Hamburger Fernández

Escribir para objetivar el saber

Cómo producir artículos, libros, reseñas, textos y ensayos

(Orientaciones para profesores universitarios)

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Hamburger Fernández, Álvaro Andrés, 1963-

Escribir para objetivar el saber : cómo producir artículos, libros, reseñas, textos y ensayos / Álvaro Andrés Hamburger Fernández. -- 2a. edición. -- Bogotá : Universidad de La Salle, 2017.

192 páginas ; 16 x 23 cm.

Incluye índices.

ISBN 978-958-5400-45-0

1. Arte de escribir 2. Redacción de escritos técnicos 3. Aptitud creadora 4. Español - Ortografía 5. Producción de libros I. Tít.

808.066 cd 21 ed.

A1576935

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

 

 

Escribir para objetivar el saber

Cómo producir artículos, libros, reseñas, textos y ensayos

 

© Todos los derechos reservados.

Primera edición: Bogotá D. C., septiembre de 2010

Segunda edición: Bogotá D. C., julio de 2017

 

ISBN: 978-958-5400-45-0

eISBN: 978-958-5400-46-7

© Álvaro Andrés Hamburger Fernández

 

© Universidad de La Salle

Ediciones Unisalle

Cra. 5 # 59 A - 44, Bogotá

Tel. 348 8000 Exts. 1224 y 1226

http://www.lasalle.edu.co/

Correo electrónico: publicaciones@lasalle.edu.co

 

© Universidad de San Buenaventura

Editorial Bonaventuriana

Calle Real de Ternera # 30-966, Cartagena

Tel.: 653 5530

http://www.usbcartagena.edu.co/ 

Correo electrónico: alvaro.hamburger@usbcartagena.edu.co

 

Diseño y diagramación:

Martha Cadena

 

Conversión ePub:

Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Dedico esta edición a mis pequeñas hijas

María Teresa y María Alejandra, inquietas

escribidoras de alegrías en mi atardecer.

Contenido

 

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Prólogo a la primera edición

La lectura y la investigación como bases de la escritura

Prólogo a la segunda edición

La escritura como vocación

Introducción

La cultura de escribir y su importancia en la universidad

La escritura como cultura y su papel en la universidad

Sobre esta obra, su intención y su estructura

Referencias

Capítulo 1

La escritura como objetivación del saber

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

Escritura y saber objetivado

Comunicación escrita y redacción

Resumen

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: La escritura y la objetivación del saber

Anexo: Competencias del escritor

Ejercicio: ¿Por qué escribo? ¿Para qué escribo?

Referencias

Capítulo 2

La elaboración de artículos científicos y académicos

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

Cómo producir artículos científicos

Características de los artículos científicos

Propiedades generales de los artículos científicos

¿Qué es un artículo científico?

La ética en los artículos también cuenta, y mucho

Cómo producir artículos académicos

Los artículos “no científicos” o artículos académicos

Estructura y requisitos de los artículos académicos

Consejos prácticos para elaborar buenos artículos

Resumen

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: ¿Qué es la redacción científica?

Anexo: El informe de investigación, recomendaciones sobre la redacción

Ejercicio: producción y evaluación de un artículo científico o académico

Referencias

Capítulo 3

La producción de libros

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

¿Qué es un libro?

Etapas de la producción de un libro

Primera etapa: análisis de los factores que intervienen en la producción de un libro

Segunda etapa: formulación y ejecución del proyecto de producción de un libro

El proceso de planeación y preparación

La arquitectura del libro

El proceso de composición y redacción

El proceso de revisión y reelaboración

Tercera etapa: publicación del libro

Resumen

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: El libro y la lectura según Jorge Luis Borges

Anexo: La escritura embrujada

Ejercicio: ¿Qué imagen tengo de mí como escritor?

Referencias

Capítulo 4

La recensión de libros y artículos

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

Definición, objetivos y clasificación de las reseñas

Características y finalidad de la reseña

Consejos prácticos para elaborar buenas reseñas

Contenido de la reseña

Resumen

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: El uso de los signos de puntuación

Anexo: La reseña, género expositivo-argumentativo

Ejercicio: La reseña bibliográfica

Referencias

Capítulo 5

La creación de textos

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

La creación textual

¿Qué es un texto?

Clasificación general de los textos

Estructura de los textos escolares o universitarios

Cualidades de los textos universitarios

La importancia de la buena redacción

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: Los secretos de los expertos

Anexo: El glosario de los escritores

Ejercicio: La competencia escrita

Referencias

Capítulo 6

La construcción de ensayos

EXPOSICIÓN TEMÁTICA

¿Qué es un ensayo?

Características del ensayo

Estructura básica del ensayo

Las dudas más frecuentes de ensayistas noveles

Cómo desarrollar un ensayo

Resumen

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Evaluación temática

Lectura complementaria: Escribir es inevitable

Anexo: El papel de las oraciones en la construcción textual

Ejercicio: Análisis y evaluación de un ensayo

Referencias

Apéndice

Doce apuntes sobre ortografía

Referencias

Índice de figuras

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Figura 1.1. Elementos de la comunicación escrita.

Figura 1.2. Cualidades del buen escritor.

Figura 1.3. Las competencias de la comunicación escrita.

Figura 1.4. Dominios de la competencia escrita.

Figura 2.1. Modelo IMRyD.

Figura 2.2. Modelo IMRyD acompañado de otros componentes.

Figura 2.3. Visión esquemática del proceso de investigación.

Figura 3.1. Etapas de la producción de un libro.

Figura 3.2. Factores que intervienen en la producción de un libro.

Figura 3.3. Esquema de la formulación y ejecución del proyecto editorial.

Figura 3.4. Plan de una obra completa.

Figura 3.5. La revisión y su relación con otros procesos de escritura.

Figura 4.1. Definición, objetivos y clasificación de las reseñas.

Figura 5.1. Estructura de los textos escolares o universitarios.

Figura 5.2. Propósito o cualidades de los textos escolares o universitarios.

Índice de tablas

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Tabla 1.1. universidades del mundo 2016 (en un de 500 instituciones)

Tabla 1.2. Únicas universidades de Latinoamérica que aparecen en el - 2016

Tabla 1.3. de universidades colombianas en investigación científica

Tabla 1.4. Dominios de las competencias cognitiva, comunicativa, lingüística y escrita.

Tabla 1.5. Autoevaluación de las competencias del escritor.

Tabla 1.6. Motivos y finalidad de la escritura.

Tabla 2.1. Esquema básico de los artículos científicos modernos.

Tabla 2.2. Tipología de los artículos científicos y académicos en Colombia.

Tabla 2.3. Autoevaluación de la capacidad de redacción.

Tabla 2.4. Rejilla de criterios para evaluar artículos.

Tabla 3.1. Consejos prácticos para mejorar la redacción.

Tabla 3.2. Decálogo de la redacción.

Tabla 3.3. Diez afirmaciones de García Márquez sobre su vocación de escritor, el oficio de escribir y la escritura.

Tabla 4.1. Estructura de la reseña.

Tabla 4.2. Rejilla de evaluación para la reseña crítica

Tabla 5.1. Diferencias entre libro, texto y módulo.

Tabla 5.2. Clasificación general de los textos escritos.

Tabla 5.3. Decálogo del escritor.

Tabla 5.4. Cien consejos y técnicas de escritores para escritores.

Tabla 6.1. Preguntas frecuentes de un ensayista novato

Tabla 6.2. Rejilla de evaluación de ensayos

Índice de textos

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Texto 1.1. La escritura y la objetivación del saber.

Texto 2.1. Esquema de un artículo académico tipo.

Texto 2.2. Condiciones formales usuales para artículos en nuestro medio.

Texto 2.3. La redacción científica.

Texto 2.4. Recomendaciones sobre la redacción del informe de investigación.

Texto 3.1. El libro, extensión de la memoria y la imaginación.

Texto 3.2. Autoimagen del escritor.

Texto 3.3. Mi imagen de escritora.

Texto 4.1. Prototipo de reseña bibliográfica.

Texto 4.2. Importancia de la puntuación.

Texto 4.3. Proceso de redacción de la reseña.

Texto 4.4. Los años con Laura Díaz, de Carlos Fuentes.

Texto 5.1. ‌Términos esenciales para escritores.

Texto 5.2. Ejercicio de ortografía, puntuación y composición.

Texto 5.3. Saber redactar.

Texto 6.1. ‌Preguntas útiles para revisar el ensayo

Texto 6.2. Escribir es inevitable

Texto 6.3. Las oraciones

Texto 6.4. Universidad, espacio específico de la cultura

Texto 7.1. La coma. Situaciones del uso de la coma.

Texto 7.2. El punto. El punto y coma. Los dos puntos. Los puntos suspensivos.

Texto 7.3. El guión corto. El guión largo. El paréntesis. Las comillas.

Texto 7.4. La interrogación. La admiración.

Texto 7.5. La diéresis o crema. La diagonal o barra. El asterisco.

Texto 7.6. El acento.

Texto 7.7. La tilde en palabras con diversas funciones gramaticales.

Texto 7.8. Adjetivos numerales ordinales.

Texto 7.9. Uso de las mayúsculas.

Texto 7.10. Dequeísmo y queísmo.

Texto 7.11. Extranjerismos.

Texto 7.12. Para diferenciar: porqué, porque, por qué y por que.

Agradecimientos

Expreso mi gratitud a varias personas e instituciones que de diversas formas, y desde perspectivas distintas, me ayudaron a cristalizar este proyecto –algunas sin proponérselo abiertamente–. Jorge Ramírez Caro leyó y criticó objetivamente el original; sus aportes mejoraron significativamente el producto final. Beatriz Jaime Pérez, también después de leer el original, me sugirió bibliografía clave. Ricardo Hamburger Ramos y Mary Escobar Narváez, cada uno por su lado, me dieron buenos consejos e hicieron sugerencias valiosas. Jairo Enrique Cortés Barrera, elaboró el prólogo a la segunda edición. Alba Cerpa Alfaro me “surtió” de café fresco en las largas jornadas matutinas dedicadas a la composición del libro. La Universidad de La Salle, Bogotá y la Universidad de San Buenaventura, Cartagena, avalaron, mediante un convenio de colaboración, la segunda edición de la obra. ¡A todos mil gracias!

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN
La lectura y la investigación como bases de la escritura

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Me llama la atención el título de este volumen: Escribir para objetivar el saber. Cómo producir artículos, libros, reseñas y textos (Orientaciones para profesores universitarios). Desde el mismo comienzo, Álvaro Andrés Hamburger Fernández ha querido dejar planteadas las tres preocupaciones fundamentales que se propone desarrollar:

La escritura como herramienta que objetiva el saber.

La generación de diferentes productos académicos.

La necesidad de orientar en el arte de escribir a quienes se dedican a la docencia.

Como seres humanos nos hemos dado cuenta de que nuestra memoria no es confiable y que está expuesta a múltiples peligros. Por eso hemos buscado cómo almacenar nuestras ideas fuera de ella. Primero echamos mano del código oral, pero este no resultó un medio perdurable. Después recurrimos a la escritura y vimos que nuestras ideas trascendieron en el tiempo y en el espacio en forma de cartas, diarios, libros; entonces, descubrimos que lo que no se escribe se olvida o se recuerda mal.

Asimismo, la escritura no solo hace trascendentes nuestras ideas, sino que nos permite volver sobre ellas, analizarlas, mejorarlas, reescribirlas y reeditarlas para heredarlas a futuras generaciones, convertidas en instrumento de aprendizaje: el mismo proceso de escritura nos induce a pensar mejor nuestras propias ideas y enriquecer nuestra forma de pensar y el de nuestros lectores. Esta estrecha relación entre escritura y pensamiento ha sido destacada por Booth, Colomb y Williams de la siguiente manera:

Podemos mejorar nuestro pensamiento cuando lo estimulamos con notas, esquemas, resúmenes, comentarios y otras formas de pensar sobre el papel… Escribimos para poder pensar mejor, recordar más y ver más claramente… Escribir es una parte importante del aprender, pensar y comprender… Escritas, [nuestras] ideas están allí afuera, despojadas de sus recuerdos, opiniones y deseos, listas para ser exploradas, expandidas, combinadas y comprendidas más completamente, porque coopera[n] con [nuestros] lectores en una aventura conjunta para crear nuevo conocimiento. En síntesis, el pensamiento en forma escrita puede ser más cuidadoso, más sostenido, más completo, más pulido, más acorde con quienes tienen puntos de vista diferentes –más reflexivos– que casi cualquier otro tipo de pensamiento (Cómo convertirse en un hábil investigador).

Así, sin esta herramienta que llamamos escritura, el conocimiento que cada uno de nosotros posee sobre su práctica profesional y sobre su experiencia personal muere en el olvido. Con esta preocupación, el profesor Hamburger se propone formar conciencia sobre la necesidad de echar mano de los géneros escritos existentes en el medio académico para que el saber trascienda de lo individual-personal a lo social-colectivo y traspase las fronteras espacio-temporales objetivado en artículos, libros y textos. Que el saber incorporado en cada uno de nosotros se materialice en el papel, en el género que más nos sea fácil dominar.

El cometido del texto no es solo brindarnos herramientas teóricas y prácticas sobre cómo escribir artículos, libros y textos para que sean consumidos por nuestros futuros lectores, sino que pone de relieve la necesidad de crear una cultura de la lectura y de la escritura, de pasar de los espacios académicos que enseñan a los espacios académicos que aprenden porque investigan. Esto es, a mi juicio, el punto medular sobre el cual gravita la dinámica de esta obra, por varias razones:

Estamos ante una sociedad y una cultura que cada día leen y escriben menos, leen mal y escriben peor.

Estamos ante una docencia que repite más e investiga menos.

Cada día somos más consumidores pasivos de refritos culturales y académicos y menos ciudadanos y personas críticas y autocríticas de lo que otros generan.

Nuestros centros educativos están más preocupados por enseñar, por hacer docencia, por exaltar la cátedra, a costa de dejar de lado la investigación. Una educación sin investigación es una completa alienación. Por esta razón es que los interlocutores de Escribir para objetivar el saber están bien definidos: son los y las docentes. El diagnóstico que posee el texto es claro: “una gran cantidad de educadores no son buenos escritores, razón por la que deben ponerse a la tarea de adquirir o desarrollar sus capacidades escriturales”. En efecto, a mi juicio, dos son las razones por la que no tenemos docentes que escriban:

Los docentes están cautivos por una burocracia académica que les exige llenar papeles de planeación diaria, semanal, quincenal, mensual y semestral: el tiempo se les va en estos trámites y no les queda espacio para prepararse, ponerse al día, investigar y publicar.

Estamos perdiendo los tradicionales espacios de discusión académica como lo eran los foros, los simposios, los talleres y las tertulias: cada vez somos más académicos solitarios que dialogamos menos con los demás académicos sobre nuestro quehacer, sobre nuestras lecturas, sobre nuestras investigaciones y sus resultados. Debatir no parece un ejercicio de buen gusto en el ámbito académico. La crítica y la autocrítica parecen llevarse muy mal con nosotros.

Este libro viene a orientarnos en una dirección contraria al despeñadero que el sistema nos ha planeado. No solo nos brinda explicaciones teóricas sobre la necesidad y la urgencia de objetivar el saber, sino que también nos ubica ante una serie de medios y de ejercicios para que la tarea de escribir sea posible. No solo encontraremos definiciones de artículo, libro, texto y reseña, sino que también nos explica la forma como están estructuradas estas manifestaciones académicas y, lo mejor de todo, nos indica cómo se planea, cuáles son los pasos por seguir en la escritura de cada uno de estos géneros de expresión escrita. El texto de Hamburger nos da a entender de muy diversas maneras que para escribir se necesita tener conocimientos, habilidades y actitudes.

Particularmente no creo que escribir un artículo, un libro o un texto sea algo complicado. Todo, en gran medida, se hace fácil cuando se lee y se investiga apropiadamente. Por ejemplo, en mi libro Los juegos del duende. El taller del lector y del escritor, señalo que en todo proceso de escritura convergen dos tipos de experiencias: la vital y la lectora. Ambas sirven de fuentes para escribir. La lectura no solo es una herramienta para aprender, sino que sirve de anzuelo para pescar las ideas que sobre el mismo tema o problema tengamos. Leer no es un proceso para acumular-memorizar, sino para generar-crear. De este modo se pasa del leer para aprender al leer para escribir. La lectura sirve para organizar nuestra vida y nuestra vida para organizar nuestra escritura. De hecho, esa escritura queda mejor orientada cuando se deriva de procesos investigativos: el cometido central de toda investigación consiste en generar conocimiento nuevo. Una vez que arribamos al final de nuestra investigación tendremos algo que decir, una información que socializar por medio de una charla, una conferencia, un artículo, una tesis o un libro. Con esto quiero decir que los artículos, los libros y los textos no caen del cielo. La dificultad de escribirlos es directamente proporcional a lo que tengamos que decir.

En consecuencia, con lo planteado por el profesor Hamburger y con lo que he aprendido de la vida, de los libros y de la investigación, podemos decir que para escribir bastan los siguientes elementos:

Tener QUÉ DECIR: los refranes lo dicen claro: “Nadie da lo que no tiene” y “No hay que pedirle peras al olmo”. Sin tener algo que decir no podemos dar inicio al proceso de escribir. La investigación es la piedra fundamental de ese proceso.

Saber CÓMO DECIRLO: es necesario el manejo de estrategias compositivas y expositivas para dar a conocer el nuevo saber. La socialización del saber requiere sus formas: cuanto más claro y preciso, mejor la comunicación.

Tener A QUIÉN DECIRLO: establecer el interlocutor con el que deseamos dialogar o intercambiar nuestro saber. Eso nos acredita que ese interlocutor nos puede responder, sugerir y hacer crecer o mejorar.

Saber PARA QUÉ DECIRLO: haber detectado la necesidad o el problema que se desea subsanar, corregir o solucionar. Tiene que ver con el sentido ético de la escritura, del compromiso y de la responsabilidad de quien escribe hacia sus lectores.

Todo esto lo encontramos en el texto del profesor Hamburger: parte de una investigación dentro de su campo, ha elegido la forma de texto para comunicarse con sus interlocutores, dialoga precisamente con docentes y trata de responder a una necesidad básica en esa población: la ausencia de una escritura que objetive lo que ellos saben. No existe en el texto una complacencia del saber por el saber o del escribir por escribir, sino que el saber que aquí se socializa viene a cumplir una función social: “orientar, animar y motivar a los docentes a escribir y a publicar sus escritos”, como queda explícito en el propósito general del volumen.

Contrario a lo que otros intelectuales llevan a cabo con el saber, este no es un texto para abrumar, someter, enajenar y anular al lector, sino todo lo contrario: estamos ante un saber que motiva, orienta y ayuda a generar respuestas y soluciones a uno de los problemas más apremiantes en el ámbito académico: no saber qué hacer con lo que se sabe, no saber cómo objetivar el conocimiento y no contar con la memoria cultural y social de quienes por décadas han enseñado a otros a ver, percibir, comprender y externar el mundo, pero ellos mismos no han podido dejar memoria de su quehacer. Si esa memoria hubiera trascendido al papel, de seguro tuviéramos hoy muchas señales que nos mostraran el camino por seguir y los errores que evitar.

Este no es un libro de recetas mágicas sobre cómo escribir, pero sí es un texto que nos propone rutas y pautas para llegar a alguna parte. A cargo del lector está llevar a cabo el recorrido y obtener el resultado esperado. Si valoramos los aportes, las sugerencias, los ejercicios y los consejos de escritores famosos citados en este volumen, de seguro lo que cada uno de nosotros sabe no pasará al olvido, sino que será nuestro grano de arena con que ayudaremos a despejar muchas dudas, a construir muchos caminos y a crear muchas respuestas para una mejor comprensión del mundo y para la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria, más inclusiva y más democrática.

Ojalá que la semilla propuesta por el profesor Hamburger caiga en buena tierra. De seguro rectificaremos el presente y llegarán mejores futuras generaciones.

Jorge Ramírez Caro

Heredia, Costa Rica, 13 de marzo de 2010

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
La escritura como vocación

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Quiero empezar por la persona antes que por el texto. Y a ello me anima la gran amistad y el profundo aprecio que siento por el autor, el profesor Álvaro Andrés Hamburger Fernández, a quien, de paso, le agradezco por haberme invitado a elaborar este prólogo. A Álvaro lo conozco desde hace más de 20 años. A principios de los años noventa coincidimos en la Facultad de Ingeniería de una universidad bogotana. Aparte de su gran calidez y de sus dotes de buena gente, me llamó poderosamente la atención el gran interés que mostraba por los libros y, particularmente, por la escritura. A esas alturas ya colaboraba en la edición de una revista de educación y había publicado algunos artículos sobre pedagogía y humanismo.

Su afición por la escritura era evidente y la combinaba muy bien con la docencia. Recuerdo que cada uno de los syllabus de los programas que dictaba, los convertía en verdaderos textos para la enseñanza, pues desarrollaba por escrito sus contenidos y los acompañaba de actividades de aprendizaje y talleres que luego aplicaba en las clases. El libro que usted en este momento está leyendo —Escribir para objetivar el saber. Cómo producir artículos, libros, reseñas, textos y ensayos—, es un claro ejemplo de esa vocación y de esa técnica depurada que permite entrelazar muy bien la docencia con la escritura.

También puedo dar testimonio del tremendo éxito que tuvo la primera edición de esta obra, pues vino a llenar un vacío existente en todas las instituciones de educación superior del país. En efecto, recuérdese que el libro fue publicado en un momento en que todas estas instituciones estaban consolidando el tránsito de la sola enseñanza a la enseñanza aunada a la investigación. ¡Ahora los profesores además de enseñar, debían investigar, pero esa investigación, además, tenía que ser publicada (preferiblemente en revistas arbitradas e indexadas)! Varias generaciones de educadores, que no habían sido preparadas para investigar (y mucho menos para escribir) se vieron en la impe­riosa necesidad de formarse en el difícil arte de la escritura. En esa coyuntura, este libro fue clave.

El éxito de la obra radica, en gran parte, en que el autor ha tenido la habilidad de combinar la teoría sobre la escritura con el ejercicio mismo de escribir, haciendo evidente que “a escribir se aprende escribiendo”. Así, los ejemplos, ejercicios, modelos, consejos, esquemas, etcétera, abundan en el texto luego de haber sido explicados y fundamentados conceptualmente. De esta forma, el lector pasa fácilmente de la especulación a la práctica, facilitando el aprendizaje.

Hamburger Fernández es muy claro en afirmar que el acto de escribir es un arduo y complejo proceso lingüístico y cognitivo en el que se desarrollan habilidades para identificar ideas y expresarse con claridad. Eso quiere decir que escribir es una competencia comunicativa muy exigente y supone un proceso autónomo complejo. De ahí que el libro venga cargado de todo tipo de ejercicios y actividades que el lector debe desarrollar de manera personal.

Además, dado que cuando se trata de textos académicos surgen dificultades desde la fase de planeación, se presentan indicaciones sobre cómo iniciar la reda­cción, cómo distribuir los temas, y cómo lograr claridad, secuencialidad y estilo. Todos estos aspectos son necesarios para lograr textos académicos bien elaborados, y en eso esta obra es enfática.

A lo largo de toda la obra, el autor insiste en que, cuando de escribir se trata, la planeación es muy importante. Por eso exhorta a que, al planear el texto, el escritor tenga mucho cuidado en asegurarse de generar y elaborar ideas, formular objetivos, seleccionar y clasificar materiales, elaborar borradores y esquemas, y diseñar estrategias.

Por todo lo anterior, amigo lector, lo invito a degustar esta magnífica pieza literaria. Ella constituye un ejemplo muy claro de cómo es posible “textualizar la docencia”; es decir, enseñar a través de la escritura; también es un ejemplo fehaciente de cómo se puede lograr “docentizar la escritura”, o, lo que es lo mismo, hacer de la escritura una herramienta de aprendizaje.

Jairo Enrique Cortés Barrera

Bogotá, 1 de mayo de 2017

INTRODUCCIÓN
La cultura de escribir y su importancia en la universidad

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Hace falta leer, pero también escribir
(Séneca, 1989, p.15)

Escribir es mostrarse, hacerse ver, hacer aparecer el propio rostro ante el otro
(Foucault, 1999, p. 300)

La escritura como cultura y su papel en la universidad

Antiguamente se decía que las palabras desaparecen y que solo lo escrito permanece (verba volant, scripta menent). De esa manera, se mostraba la utilidad e importancia de la escritura y se le hacía ver como una actividad verdaderamente trascendental para el desarrollo del pensamiento humano. En la ac­tualidad es posible afirmar que “tan precisa y necesaria es la escritura que sin ella la civilización y progreso hubieran sido relativamente escasos” (Parra, 1990, p. 23).

A la escritura, además, se le atribuye la facultad de conservar el saber y de hacerlo evolucionar. En tal sentido, es ella, en cierta medida, la responsable de la preservación, la transmisión y el progreso del conocimiento, que a su vez se despliega en la cultura, el arte, la ciencia y la tecnología (cuatro de los logros más significativos del espíritu humano). La universidad, por su parte, no ha sido ni es ajena a este proceso1; en efecto,

[…] el término universitas, del que proviene la palabra “universidad”, tiene dos significados que se relacionan con el saber. El primero es sociológico: hace referencia a la asociación o corporación de maestros y estudiantes; universitas (de unus, es decir, la unidad, uno; y versus, es decir, de cara a…), significa “estar de cara a la unidad”. En este sentido, la universidad es el locus en el que se congregan maestros y estudiantes para buscar el saber, la verdad.

El segundo significado es intelectual: universitas hace alusión a la universalidad del saber, es decir, a la unidad omnicomprensiva de las ciencias, especialmente de cuatro saberes fundamentales en la vida de la cristiandad: saber creer –Teología–, saber pensar –Filosofía–, saber obrar en convivencia –Derecho– y saber curar –Medicina–. (Hamburger, 2001, pp. 6-7)

En todo caso, y expresado de manera sencilla, la universidad, desde su origen, ha tenido una preocupación central: el saber. En otras palabras, históricamente el saber ha sido a la universidad lo que el dinero al banco; es decir, su centro gravitacional. Ahora bien,

Si aceptamos que el saber es lo que justifica y explica la existencia de la universidad (la docencia es solo una estrategia para la reproducción del saber), uno de los propósitos de la universidad debe ser que pueda objetivar el mejor saber de la sociedad. (Toro, 1991, p. 121)

¿Qué implicaciones prácticas puede traer la idea que uno de los propósitos centrales de la universidad consiste en objetivar el saber? Estas pueden ser algunas de las más evidentes (Toro, 1991):

Aceptar que la función de objetivar el saber por escrito es una función específica y profesional de los profesores universitarios (escribir o perecer). Esto quiere decir que escribir sobre saberes válidos es parte integral del contrato universitario.

Entender que la objetivación del saber se puede hacer por medio de varias opciones: libros, textos, artículos científicos y académicos, módulos (apuntes de clase), reseñas, informes de investigación, etcétera.

Pensar que la creación de una cultura del conocimiento requiere de todos estos objetos de la tradición escrita. La variedad de opciones permite a los profesores objetivar su saber de acuerdo con su función o preferencia.

Publicar y difundir, ya sea en colecciones propias o a través de publicaciones externas, la producción intelectual de los profesores.

Fortalecer la meritocracia académica según la producción escrita; los escalafones que solo se atienen a la antigüedad dificultan una tradición de escritura.

En síntesis, si la universidad se mira desde esta perspectiva; es decir, como la entidad responsable de acumular, reproducir y crear el mejor saber de una sociedad, la función de la objetivación del saber será una función prioritaria. En un contexto de tales características, la cultura de escribir se hace imprescindible.

Por otra parte, la generación de saber y su objetivación en productos editoriales, requiere investigación. Una universidad que publica es una universidad que investiga. Precisamente, al hablar sobre la investigación, Robert Day2 (2005), afirma lo siguiente:

El objetivo de la investigación científica es la publicación. Los hombres y mujeres de ciencia […] no son juzgados principalmente por su habilidad en los trabajos de laboratorio, ni por su conocimiento innato de temas científicos amplios o restringidos, ni, desde luego, por su ingenio o su encanto personal, se los juzga y se los conoce (o no se los conoce ) por sus publicaciones.

En un medio como el nuestro, en el que paulatinamente se viene gestando la transición de una universidad que enseña a una universidad que aprende porque investiga (Gómez, 2007 y Universidad de La Salle, 2008), las palabras de Day cobran gran interés y, parafraseándolas, se podría decir que los hombres y las mujeres que enseñan en la universidad actual serán (o no serán) reconocidos por sus publicaciones.

El asunto, tal como se puede observar, no es de poca monta. Lo que está en discusión es un tema muy serio y trascendental, a saber: ¿cuál es la función esencial del educador en el nuevo contexto universitario? No es nuestra intención (ni es este el espacio apropiado) para abordar un problema tan complejo; lo que sí es evidente es que la docencia universitaria se está asociando cada vez más a las tareas investigativas conducentes a la producción escrita y, naturalmente, a la publicación3.

Sobre esta obra, su intención y su estructura

Tomando como punto de partida las reflexiones anteriores, y en consonancia con la tendencia universitaria descrita, la obra –que precisamente surgió de dos cursos sobre la escritura (“Escribir para publicar” y “Escritura y producción intelectual”)4– pretende convertirse en una guía que oriente, anime y motive a los educadores a escribir y a publicar sus escritos (es ese su propósito general). En tal sentido, procura alcanzar los siguientes objetivos:

Reflexionar sobre la escritura como medio privilegiado para la objetivación del saber en la universidad.

Brindar algunas pistas sobre cómo escribir artículos especializados y libros.

Aconsejar sobre cómo elaborar reseñas críticas y textos universitarios.

Presentar ejemplos o prototipos de producción de libros, textos, artículos,  reseñas y ensayos.

Una lectura atenta del propósito general y de los objetivos descritos per­mite percatarse de que el autor tiene dos intenciones: exponer una temática (parte teórica), y proponer un aprendizaje (parte práctica). En otras palabras, la obra pertenece a la categoría de “texto”, puesto que pretende facilitar la apropiación del saber por parte del lector. Debido a ello, cada capítulo ofrece actividades que invitan a profundizar, repensar y aplicar el contenido mediante evaluaciones, lecturas complementarias, anexos y ejercicios. La finalidad de estas actividades es eminentemente didáctica y ello se observa en los siguientes aspectos:

Las evaluaciones temáticas plantean preguntas de repaso y análisis que quieren provocar la apropiación y revisión de contenidos.

Las lecturas complementarias buscan profundizar la temática estudiada en el capítulo a partir de escritos cortos de autores reconocidos en el tema abordado.

Los anexos pretenden aportar información y datos complementarios aplicables en la tarea de escribir.

Los ejercicios sugieren tareas y talleres de aplicación del corpus teórico tratado en el capítulo.

De otro lado, y como se habrá podido observar en el Título y en el Contenido, el texto presenta cinco capítulos centrales: uno dedicado a los artículos, otro a los libros, uno más a las reseñas, otro a los textos y, finalmente, uno dirigido al ensayo. La escogencia se debe a que estas formas de objetivar el saber equivalen a algunos de los productos escritos más utilizados en el mundo universitario. Además, cada uno tiene una estructura y una finalidad diferente que todos los académicos, particularmente los educadores, precisan conocer y aplicar.

Por último, no se debe olvidar que escribir es comunicar y que la comunicación es una competencia clave de las sociedades actuales; en efecto, tal como nos recuerda Briz (2008, p. 14): “Vivimos en comunicación constante con los demás y quien sabe comunicar bien tiene, en parte, asegurado el éxito político, académico, profesional, económico y social”.

Referencias

Borrero, A. (1992). Idea de la Universidad medieval. Bogotá: ASCUN.

Briz, A. (Coord.)(2008). Saber hablar. Bogotá: Aguilar.

Day, R. (2005). Cómo escribir y publicar trabajos científicos. 3ª Ed., Washington: Organización Panamericana de la Salud.

Foucault, M. (1999). La escritura de sí. En: A. Gabilondo (Trad. y Ed.), Michel Foucault. Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales, Vol. III (pp. 289-305). Barcelona: Paidós.

Gómez, C. (2007). Investigar para pensar, decidir y servir. En: Revista de la Universidad de La Salle, 44, 7-10. Bogotá: Universidad de La Salle.

Hamburger, A. (2001). Universidad, espacio específico de la cultura. En: Ingenium, revista de la facultad de ingeniería, 4, 5-7. Bogotá: Universidad de San Buenaventura.

Lugo, H. (2005). Hacia una lectura transversal de las notas fundamentales de la universidad. Colección Conferencias, N.o 8. Bogotá: Universidad de San Buenaventura.

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Notas