portadilla.jpg

El PODER de creer en uno mismo

Copyright © 2011 - Orison Swett Marden
Derechos reservados de la presente versión traducida y editada

Título en inglés: He Can Who Thinks He Can Traducción: Taller del Éxito Inc.

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida, por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de derechos de autor.

Publicado por:

Taller del Éxito, Inc
1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210
Sunrise, Florida 33323
Estados Unidos
www.tdee.com

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo personal, crecimiento personal, liderazgo y motivación.

Diseño de portada y diagramación: Diego Cruz
Primera edición publicada por Taller del Éxito 2008

ISBN 10: 1--607380-47-1

ISBN 13: 978-1-60738-047-4

ISBN e-book: 9781607380962

E-pub x Publidisa

Segunda edición

portadilla_1.jpg

epub_verdadero_img_0.jpgespués de dos décadas de estudiar e investigar acerca del éxito en todas sus dimensiones —¿Qué es? ¿Cuáles son los pasos a dar para alcanzarlo? ¿Qué tienen en común las personas que lo logran? ¿Qué error han cometido aquellos que a pesar de desearlo, parecen nunca obtenerlo? ¿A qué se debe que no siempre venga acompañado de la felicidad?—, llegué a sacar dos conclusiones fundamentales con respecto al apasionante tema del éxito: primero, todos poseemos el poder, el talento y las habilidades para lograrlo; y segundo, muy pocos así lo creemos.

A pesar que todos contamos con la capacidad para lograr nuestras metas y sueños más ambiciosos, tristemente gastemos la mayor parte de la vida, buscando fuera de nosotros algo que siempre ha estado en nuestro interior: el secreto para vivir una vida plena y feliz. ¡Increíble que no nos creamos poseedores de tan enorme fortuna!

Estoy convencido que el camino al éxito comienza con el poder de creer en ti mismo. Sólo creyendo en tus propias habilidades y erradicando de tu mente toda duda acerca de lo que eres capaz de alcanzar, lograrás despertar ese genio latente que se encuentra en tu interior.

Las respuestas a todas tus preguntas, las soluciones a todos tus problemas, el poder para hacer realidad tus metas más ambiciosas, se encuentran en lo más profundo de tu mente. Todo lo que necesitas hacer es preguntar y escuchar tu voz interior.

El gran poeta chileno Pablo Neruda escribió: “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”. Yo así lo creo. De hecho, en mi libro, Los genios no nacen, ¡Se hacen! comento que las tres libras de materia gris que componen el cerebro, las cuales contienen 100 billones de neuronas, capaces de guardar más de 10 trillones de bites de información, pueden ser nuestro mejor aliadoo nuestro peor enemigo.

El cerebro, la mente, es la cuna de un potencial ilimitado de aptitudes que puedes desarrollar. En ella puedes programar, no sólo tus sueños, metas y valores, sino que también tienes la opción de llenarla de dudas, miedos irracionales y falsas creencias acerca de ti mismo y de tu verdadero potencial, que te detendrán para alcanzar tus metas y sabotearán tu éxito.

Todos queremos triunfar. Algunos están dispuestos a creerlo, a aprender y a cambiar lo que sea necesario para lograr sus metas; otros comienzan con este proceso de cambio, pero en algún momento paran de crecer o se dan por vencidos si no ven resultados inmediatos; también hay quienes llegan a cuestionar sus habilidades y comienzan a dudar de su propio potencial, creyendo que no poseen el talento o las habilidades necesarias para triunfar, que no tuvieron la fortuna de heredar genes de sabios y no hay nada que puedan hacer, y terminan por aceptar sus limitadas capacidades.

Y sólo muy pocos se comprometen a desarrollar los nuevos hábitos que les permitan alcanzar el éxito que buscaban cuando tomaron la decisión de cambiar.

En este libro, Orison Swett Marden nos presenta un verdadero cofre de ideas sobre cómo evitar que esto te suceda, y cómo desarrollar el potencial que ya se encuentra en tu interior, de manera que logres convertirte en el triunfador que fuiste destinado a ser.

Felicitaciones por darte la oportunidad de descubrir y desarrollar el poder de creer en ti mismo.

portadilla_2.jpg

epub_verdadero_img_1.jpguiero invitarte a conocer a la persona más importante en tu vida. Te garantizo que en algún lugar de este libro, repentinamente la descubrirás, en forma tan asombrosa y con la absoluta sensación de haberla conocido desde siempre, que dicho hallazgo cambiará toda tu vida. Cuando la reconozcas, encontrarás el secreto de tu poder interior.

Descubrirás que es como si llevaras una medalla invisible colgada al cuello, en la que en una cara dijera, “el poder de creer en mí”, y en la otra, “la impotencia de no creer en mí”. Entonces entenderás que cada día tienes la opción de actuar guiado por una de estas dos creencias.

Esta medalla invisible posee dos poderes sorprendentes: atraer o repeler la riqueza, el éxito, la felicidad y la salud, privándote de todo aquello que hace de la vida la más grandiosa oportunidad para cada ser humano. En otras palabras, a ciertas personas, dicha medalla les permitirá elevarse hasta la cumbre, mientras que condenará a otras a la postración durante toda su vida. Es así de simple: lo bueno y lo deseable se atrae con el poder de creer y se repele con opción de no creer.

Incluso los pensamientos de las mentes más brillantes pueden llegar a enmarañarse. Todos tenemos sentimientos, emociones, hábitos, creencias y prejuicios. Y hasta los más brillantes pensamientos se enredarían entre gigantescas telarañas. Por eso quiero empezar diciendo que tú eres todo aquello que piensas.

¡Sí! Tú eres el resultado de tus pensamientos. Entonces, ¿qué hay en ellos? ¿Hasta qué extremos son ordenados tus procesos mentales? ¿Hasta qué punto son transparentes y positivos tus pensamientos?

A veces tenemos malos hábitos y queremos corregirlos. Y en ocasiones sentimos la fuerte tentación de actuar mal, a pesar de saber que lo que estamos a punto de hacer no es correcto. Y después, como un insecto atrapado en la tela de una araña, luchamos por librarnos de ella. En esos momentos la voluntad consciente se halla en conflicto con la voluntad del subconsciente. Y cuanto más luchamos, más atrapados nos sentimos.

Muchos se dan por vencidos y experimentan los conflictos mentales de un infierno viviente. Otros aprenden a extraer y a utilizar el poder del subconsciente y logran liberarse de estas telarañas mentales. Y eso es precisamente lo que queremos ayudarte a lograr con este libro.

Es posible que un insecto no pueda evitar quedarse atrapado en la telaraña, y una vez atrapado, no pueda escapar. Hay una cosa, sin embargo, sobre la que cada persona ejerce un absoluto control: su actitud mental. Tú puedes evitar las telarañas en cuanto empiecen a desarrollarse y quieran impedir tu libertad.

¿Sabes cuándo aparecen generalmente estas telarañas mentales? Cuando enfrentas algún problema o situación difícil.

¿Cuál debe ser la manera apropiada de actuar en tal situación? Yo creo que es esta: ¿Tienes algún problema? ¡Estupendo!

¿Por qué? Porque tus repetidas victorias sobre tus problemas constituyen los peldaños de la escalera que te conducirá al éxito. Cada victoria aumenta tu sabiduría y experiencia. Como persona, te sentirás mejor, más madura y más afortunada cada vez que tropiezas con un problema, lo abordas y lo superas, utilizando el poder de creer en ti misma.

Pero quiero que te detengas y piense en ello por un instante. ¿Conoces un sólo ejemplo en que un verdadero logro de tu vida personal –o de la de algún emprendedor o visionario—, no se haya debido a un problema con el que tú, él o ella tuvieron que enfrentarse?

¡Todos tenemos problemas! Ello se debe a que tú, junto con todo lo que existe en el universo, se hallan en un constante proceso de cambio. Esta es una ley natural ineludible. Lo importante para ti es que el éxito o el fracaso que puedan producirse al afrontar los desafíos del cambio, dependen de tu actitud mental.

Puedes dirigir tus pensamientos y controlar tus emociones, y al hacerlo estarás regulando tu actitud. Puedes elegir entre una actitud positiva o negativa. Puedes adoptar la decisión de influir, utilizar, controlar o estar en armonía con los cambios que se produzcan en ti mismo y en tu ambiente. Y de esa manera estarás encauzando tu destino.

Espero que a lo largo de todo este libro logres apreciar una y otra vez el gran poder que se genera cuando se cree en uno mismo. Pero más importante aún, espero que hayas podido reconocer al ser humano más importante del planeta: TÚ.

Cuando reconozcas tu verdadero potencial y descubras cómo desarrollarlo y utilizarlo, también encontrarás el verdadero poder que cambiará toda tu vida.

portadilla_3.jpg

epub_verdadero_img_2.jpgi hay algo que tuvieron en común todos los grandes emprendedores de la historia fue una gran fe en sí mismos. Sin esta fe sublime en su misión, sin esta confianza que multiplicara su poder, cómo podría haber logrado el humilde indio zapoteca Benito Juárez luchar contra la opresión en la que se encontraba sometida su patria, en la defensa de la soberanía nacional de México, en un momento donde muchos sectores de la población creían que sólo un príncipe europeo “de verdad” podría lograr la estabilidad política del país.

La fe nos da la confianza para perseguir grandes metas. Un poderoso ejemplo de esto fue la decisión que el presidente John F. Kennedy tomó a comienzos de los años sesenta, cuando retó a la comunidad científica norteamericana a alcanzar algo, hasta ese momento, nunca antes intentado. Él no los retó a desarrollar un programa espacial y a empezar la conquista del espacio –algo que para aquel entonces era casi inexistente—. Él los retó a que antes del final de esa década se encargaran de llevar un hombre a la luna.

El suyo no fue un llamado a hacer su mejor esfuerzo, ni a explorar la posibilidad de lograrlo. La meta era muy clara y el período para su logro, incuestionable. ¿Cuáles fueron los resultados? El 20 de julio de 1969, seis meses antes que se venciera el plazo asignado, la NASA logró llevar a cabo esta hazaña, en parte porque su reputación estaba en juego, pero en mayor medida debido a que su confianza en el éxito de tal proeza había crecido debido a la fe de un visionario.

Esta misma fe en sus propias habilidades fue la que llevó a Sir Edmund Hillary a escalar la cumbre más alta del mundo –el monte Everest de 8.848 metros de altura—, considerada en aquel entonces la mayor hazaña humana de la historia.

Es increíble observar cómo el mundo le abre campo a un alma decidida, y cómo los obstáculos se salen del camino de la persona que cree en sí misma. No hay nada que pueda ayudar a triunfar a alguien que no se tiene fe. Pero para quien cree en sí mismo, la pobreza no puede desilusionarlo, la mala fortuna logra desanimarlo y las dificultades no lo desvían ni un centímetro de su destino. Pase lo que pase, este tipo de individuos mantiene la visión en sus objetivos y sigue hacia delante.

Pero esta fe sólo crece si estamos expuestos a aquellos principios que nos ayuden a triunfar. ¿Podría acaso un estudiante llegar a ser médico atendiendo la Escuela de Leyes? Por supuesto que no. De igual manera, ¿puede alguien ser exitoso, si no aprecia su propio talento, habla constantemente del fracaso, piensa en el fracaso, camina y se viste como un fracasado y vive quejándose de todo y con todos?

El fracaso comienza con la duda o el desprecio de nuestras propias habilidades y con la pérdida de la confianza en nuestra capacidad para hacer que las cosas sucedan. En el momento en que siembras duda y comienzas a perder la fe en ti mismo, te conviertes en tu peor enemigo. Ignora todo pensamiento que trate de desanimarte. No le hagas caso, desalójalo de tu mente. Es la visión de tus metas y tu fe en ellas lo que te llevará al éxito.

Muchos desean triunfar, quieren hacer realidad sus sueños, desean construir grandes negocios y hacer algo extraordinario con sus vidas, pero la duda se ha apoderado de su manera de pensar. Su falta de confianza en sí mismos los debilita. La profecía del fracaso se puede ver en su cara. Se dan por vencidos antes de comenzar la batalla. Los escuchas decir cosas como: “No podré”, “Es demasiado grande para mí”, “Esto está más allá de mis propias habilidades” y otras expresiones que denotan su falta de fe en sí mismos, en sus habilidades, en el valor de las metas que persiguen.

Es increíble observar cómo el mundo le abre campo a un alma decidida, y cómo los obstáculos se salen del camino de la persona que cree en sí misma.

He visto jóvenes que atienden una entrevista de trabajo con tan poca confianza en sí mismos que da pena verlos. Presienten el rechazo antes de golpear a la puerta. Su cara y su manera de actuar están diciendo: “Por favor deme el puesto; no me eche a la calle; el destino está en mi contra; soy un de malas; estoy descorazonado; necesito este trabajo”. Su autoestima ha llegado a un nivel tan bajo que piensan que su única opción es apelar a la compasión. Sin embargo, el empleador sólo sentirá lástima por él y se dirá a sí mismo que esta no es una persona lo suficientemente fuerte como para ser parte del equipo y se deshará de ella lo más pronto posible.

Si esperas obtener ese trabajo, deberás entrar a la oficina con aire de triunfador deberás llenarte de confianza antes de convencer a un empleador de que eres la persona que él está buscando. La confianza que viene con la fe en sí mismo es la mejor inversión del mundo: ha superado más obstáculos, sobrepasado más dificultades y logrado más objetivos que cualquier otra cualidad humana.

He entrevistado muchas personas tímidas, con el fin de averiguar por qué dejan que las oportunidades les pasen de lado, cuando otros con menos habilidades las toman, y la respuesta fue una confesión del siguiente tipo: “Me falta valor”, dijo uno. “No tengo fe en mí”, dijo el otro. “Me encojo con tan sólo pensar que voy a cometer un error y de que me dirán que no,” dijo un tercero. “No quiero que confundan mi confianza con arrogancia”, dijo un cuarto. “Ah, no creo que sería adecuado buscar un puesto que está tan por encima de mis propias habilidades, creo que debo esperar a estar mejor preparado”, dijo el otro.

Este encogimiento, esta pobre autoestima y falta de confianza a menudo son peor enemigo que la misma incompetencia. No es necesario saberlo todo antes de empezar; sólo necesitas saber lo suficiente. Toma la linterna en la mano, y siempre tendrás luz suficiente para alumbrar el siguiente paso que deberás dar, sin importar qué tan oscuro esté, puesto que la luz siempre se moverá contigo. No creas que necesitas ver el final del camino para poder empezar. “Un paso a la vez es suficiente”.

Si tuviéramos un mayor concepto de nuestras capacidades, una mayor fe en nosotros, podríamos lograr mucho más. Muchos estamos impedidos por la vieja idea de la inferioridad del ser humano. No hay ninguna inferioridad que haya sido creada por Dios. La única inferioridad es la falta de confianza que nosotros mismos nos imponemos. Muchos aún no hemos entendido que nuestros éxitos nunca excederán nuestra confianza. Debemos decidir ser maestros y no esclavos de las circunstancias. Esta afirmación de tu habilidad para triunfar, la actitud que reclama el éxito como un derecho inalienable de nacimiento, fortalece al ser humano y le da poder para lograr sus objetivos.

Esta confianza en ti mismo transmite convicción, hace que otros crean en ti. El hecho de que creas fervientemente que puedes hacer lo que creías imposible, o que otros creían demasiado difícil, demuestra que hay algo dentro de ti que refleja que tienes el poder suficiente para hacerlo.

Cuando comienzas a ejercitar la confianza y la fe en ti, estimulas e incrementas aquellas fortalezas y habilidades que te permitirán hacer lo que te hayas propuesto. Tu fe te dice que puedes avanzar de manera segura hacia lo desconocido, aún cuando no veamos la luz al final del túnel; ella destruye los enemigos más grandes del éxito: el miedo, la duda, y la indecisión.

La fe en tu misión de vida es el absoluto convencimiento de que el Creador te ha dado el poder de lograr tu llamado en la vida.

La pobreza y el fracaso sólo llegan a nuestra vida por invitación de nosotros mismos. La preocupación y la ansiedad debilitan la fuerza de la mente. Si estás dispuesto a lograr el éxito, y piensas constantemente en él, pronto crearás los hábitos para alcanzarlo y una atmósfera propicia para que los sueños se hagan realidad. De esa manera puedes convertirte en un imán del éxito.

Muchas personas gritan: “¡Si tan sólo cambiaran las condiciones!” Pero ¿qué es lo que cambia las condiciones? ¿Desear o hacer? ¿Soñar o trabajar? ¿Puedes esperar que cambien cuando tú sólo estás sentado, esperando a que cambien? ¿Cuánto te demorarías construyendo una casa sentándote sobre los cimientos, deseando verla terminada? Desear no conduce a nada, a menos que esté respaldado por la acción y el empeño.

A todo niño se le debería enseñar a creer que él o ella nació para lograr lo que se propone. Es cruel que los padres o los profesores les digan a los niños que son incapaces, o que no son como otros de su edad. En cambio, un niño debería estar entrenado para esperar grandes cosas, y debería creer firmemente en su poder, dado por Dios, para lograr algo en el mundo que valga la pena.

Si quieres alcanzar la nobleza, nunca lo podrás hacer albergando pensamientos de inferioridad. No puedes creer constantemente que no eres tan bueno como las otras personas; que no eres tan hábil; que no puedes hacer esto; que no puedes hacer aquello. La filosofía del “no puedo” nunca logra ni crea nada. Si quieres llegar a ser algo en la vida, debes levantar tu cabeza. Di continuamente: “No soy un pobre ni un fracasado. Soy un triunfador. El éxito es mi derecho de nacimiento, y nadie va a quitármelo.”

Una gran autoestima es tener la imagen perfecta que el Creador tenía en mente cuando nos creó, hombre o mujer completos, no truncados ni encogidos.