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Sabiduría olvidada

© 2014, Luis Ernesto Espinoza

© 2014, Intermedio Editores S.A.S.

Edición, diseño y diagramación

Equipo editorial Intermedio Editores

Diseño de portada

Agencia Central

Foto de portada

Archivo particular Chamalú

Intermedio Editores s.a.s.

Av Jiménez No. 6A-29, piso sexto

www.circulodelectores.com.co

www.circulodigital.com.co

Bogotá, Colombia

Primera edición, noviembre de 2014

Este libro no podrá ser reproducido,

sin permiso escrito del editor.

ISBN: 978-958-757-443-2

ePub Por Hipertexto / www.hipertexto.com.co

ABCDEFGHIJ

Impreso en Colombia - Printed in Colombia

A Luana, la ferviente aprendiz que inspiró este libro.

Carta urgente a Luana
Introducción

Estimada Luana:

La idea de escribirte esta carta surgió, después de llegar a nuestra comunidad, cuando ansiosamente me esperabas con una emboscada de preguntas. Te diré que es bueno que a tu edad transportes dudas y preguntas, que reflexiones y te cuestiones las cosas. El mundo está como está, no por decisión divina ni como consecuencia de un destino inmodificable; la situación actual responde a un juego de intereses, una danza de deseos y obsesiones, de las cuales paradójicamente fueron marginadas la vida, la felicidad, el amor, la libertad, la paz interior y la salud; sin embargo, a la gente se la convenció de que eso era lo normal.

Esta situación absurda me conmocionó desde que lo supe y me comprometí a usar toda mi energía para contribuir al despertar de la gente. No me siento un predestinado ni tengo vocación mesiánica; simplemente, no me soportaría a mí mismo siendo cómplice de un modelo de sociedad que destruye a la gente, los animales y las plantas; en síntesis, al planeta entero. No sé cuál es el plan estratégico que tienen los que deciden el rumbo de la humanidad, pero al paso que vamos, muy pronto no habrá agua, comida ni dónde vivir; mientras tanto las ciudades se volverán invivibles, la inseguridad se incrementará, junto con nuevas y peores enfermedades. Esta agravada situación tiene que comprenderla la gente.

Con urgencia se requieren grandes cambios; no obstante, ningún cambio tendrá sentido, si no incluye la recuperación de la sensibilidad, de la intuición, del conocimiento de uno mismo, de la sabiduría de vivir bien. Por este motivo decidí escribirte, para que sepas en qué tiempo te tocó vivir, para que comprendas cuál es el principio basado en las sabidurías ancestrales (nosotros lo llamamos trabajo interior). Estas provienen de tiempos pasados, épocas en las que vivieron nuestros abuelos, quienes al tiempo tuvieron sus abuelos que conservaron la sabiduría ancestral. Estos saberes fueron muy valiosos; lamentablemente, fueron prohibidos y destruidos por la invasión colonial; mientras que la mayoría de los hombres y mujeres de sabiduría fueron perseguidos y asesinados. Solo unos pocos sobrevivieron y guardaron las claves, que posteriormente entregaron a otros, antes de partir.

De eso se trata esta carta, ese es el motivo por el que te escribo. Por esta razón te he convocado, para que recibas una herencia ancestral y, cuando sea el momento, hagas lo mismo. Deseo, mediante estos conocimientos ponerte en contacto con estos hombres y mujeres de sabiduría. Imagínate que no soy solo yo, sino también ellos los que te hablan, los que te cuentan cómo es la vida. Se trata de conocimientos nuevos, pero al mismo tiempo, antiguos; muchos de ellos son secretos. Es más, están cuidadosamente guardados para realizar sesiones iniciáticas en las que se le entrega al aprendiz las claves para manejar apropiadamente su vida.

Te anticipo que el camino no es fácil, sin embargo, las cosas más valiosas cuestan más; esto precisas saberlo desde ahora. Espero que estés dispuesta a pagar el precio, debido a que mucha gente te dará la espalda, difamará y pensará que perdiste la razón. Obviamente, esa razón la perderás; me refiero a la razón que mantiene dormido al zombi; es más, te garantizo que ya comenzaste a perderla, desde el momento en que la duda, convertida en pregunta, inauguró tu búsqueda. La buena noticia es que gradualmente adquirirás otra comprensión, otra mirada, otro nivel de consciencia donde tú misma podrás sacar tus propias conclusiones.

Nosotros no formamos religiones, somos demasiado libres como para seguir dogmas y fanatizarnos en torno a supuestas verdades. Cuando finalice este primer encuentro y esta, tu primera visita, te contaré quién soy; te transmitiré un conjunto de conocimientos. Así, podrás comenzar de inmediato a enraizarlos en tu vida. No hay tiempo para esperar. Todo será gradual, pero debe ser indetenible.

Quiero, en esta carta, hacerte un rápido resumen de lo que te compartiré a continuación. Te advierto que luego vendrá una segunda parte con más enseñanzas, pero antes, debes vivenciar estas. Lo más seguro es que este viaje sea el más apasionante que jamás hayas realizado si tú lo decides y posibilitas con tu entrega. Será un viaje sin retorno, porque si bien regresará Luana, no será la misma que un día partió. Esto apenas comienza. ¿Estás dispuesta? Si es así, bienvenida, continúa saboreando estas enseñanzas, reléelas cuantas veces sea necesario; te mostraré conocimiento valioso que no será expresado explícitamente: tú tienes que buscar la compresión y las claves, no todo es accesible a primera vista. Es nuestra forma de proteger el conocimiento para que no caiga en manos inadecuadas.

Como te expliqué anteriormente, deseo adelantarte algunas enseñanzas y sintetizar otras; más adelante, encontrarás la explicación y desarrollo de las mismas.

Quiero dar importancia al hecho de vigilar la frecuencia vibratoria con la que funcionas cada día. Presérvala cuando corresponde y cámbiala cuando sea necesario, mas no interrumpas, bajo ninguna circunstancia, tu crecimiento. Vigila, Luana, vigila la vida como un felino; vigila lo que observas mientras seas parte de la vida: nada… ¡insisto!, nada debe transcurrir sin que te des cuenta. Recuerda, asimismo, que tu autoimagen se irá modificando gradualmente con el tiempo, mientras estés en crecimiento. Crecer implica remodelarse las veces que sea necesario. Luana, te pido disciplina, pero no rigidez; pasión, pero no obsesión.

¡Toma el destino en tus manos!, mas no pienses que es seguro y suficiente con que esté en ellas. Debes garantizar que posees la lucidez y voluntad indispensables para dirigir tu vida. Toma en tus manos el destino que dicen que existe al margen de nosotros y sin temor ni rubor, recíclalo; si existe un destino, es para cambiarlo, para alquimizarlo o transformarlo, para jugar con él y hacer lo que tenemos que hacer en la perspectiva de nuestra evolución.

Pretendo que te vuelvas experta en la vida, en cómo funciona cada una de sus partes. Quiero que comprendas cómo trabaja la mente y el cerebro, cómo se mueve la energía; con el transcurso del tiempo y tu aprendizaje podrás manejar y direccionar tu energía: lograrás tu indispensable soberanía existencial. El descubrimiento de tu poder debe hacerte aún más humilde; es decir, cuanto más sepas, cuanta mayor maestría tengas sobre esta capacidad. Asegúrate de que tu humildad no sea un medio ni una estrategia para otro objetivo. La humildad es vibración transparente, el vestuario que viste a la sacerdotisa, la actitud que inaugura la ceremonia de la vida, esto es, la entronización de lo sagrado, la zona donde se conectan las otras realidades.

Recuerda que la humildad nace al sabernos parte de algo más grande y, simultáneamente, considerarnos como seres efímeros y biodegradables.

Cuánto más te conozcas, podrás ser más libre. Entonces, serás capaz de descubrir y aprender a manejar tu poder interior, al tiempo que recuperas tu sensibilidad para posibilitar el retorno de la magia a tu vida.

Tampoco quiero que luches contra tu razón o que intentes descartarla. Aprende a manejarla. Tu razón te será necesaria muchas veces, aunque en algunas ocasiones tendrás que abandonarla, sumergirte en el silencio y apaciguar tu mente, convirtiéndote en lo que haces, disfrutando de todo el proceso. Esto es lo que otros llaman meditación y que incluye la abolición de la dicotomía sujeto-objeto, observador-observado, que posibilita presentir la unicidad. Evita desgastarte en batallas ajenas, el crecimiento solo ocurre cuando son tus batallas. Asegúrate que cada trinchera de lucha esté al interior de tu misión.

También te pido que reduzcas tus necesidades al punto de necesitar… casi nada. Cuanto menos precises la comprensión y el visto bueno de los demás, serás más libre y tu dependencia respecto de los otros se reducirá. Recuerda en todo momento que estás viva, que estar vivos es la experiencia más maravillosa que nos puede ocurrir. Para que la vida siga siendo espectacular, es preciso que nunca bajes la guardia. Eres un felino y, como tal, cultiva el alerta sereno en toda circunstancia.

Refugiarse en el silencio, es una clave fundamental; debes saber cómo y cuándo hacerlo. Aquí viene la importancia de la meditación como herramienta de autoconocimiento. Si solo somos energía, es fundamental que aprendas a manejarla.

Quiero que dejes de ser solo receptora o administradora de energía para convertirte en una generadora de energía. Así, activarás todo tu potencial, además de aprender a desplegar tu libertad. Recuerda que solo es libre quien se conoce, es decir, quien sabe manejar su energía. Quien no se conoce, no podrá transformarse y terminará renunciando a su crecimiento por iniciativa propia.

Tú eres joven y, como tal, debes saber que hombre y mujer son complementarios; pero, para que esta condición pueda manifestarse, es preciso que ambos, él y ella, sean energías compatibles, fluyendo en la misma perspectiva. Hay varias cosas que necesitas saber para aprender a vivir, para liberar tu potencial, eso que sospechosamente evitaron enseñarte oportunamente en escuelas y universidad. Está claro que nos prefieren ignorantes y manipulables. Debes aprender lo que no se enseña en ninguna parte. Veo tu fervor de aprendizaje, por ello, he decidido compartirte muchos secretos y claves. Después de aclimatarlos a tu vida, deberás hacer lo mismo, recuerda que la vida es un tren que se desplaza por los rieles de la solidaridad y la reciprocidad.

Quiero que quede claro, esta no es una preparación para el más allá, es una preparación para la vida plena, para habitar dignamente este presente. Por eso te pido: limpia constantemente tu energía, actúa con pasión y desapego, vive cada experiencia sin miedo, porque se trata de aprender de todo lo que te pasa. No hace falta que renuncies al mundo, actúa en él, pero recuerda que tu mundo no es este.

Tú sabes que nuestra filosofía no es solo racional, que muchas cosas al principio pueden no ser entendidas, pero eso no tiene que preocuparte, tú sigue adelante, solo sigue adelante. ¿Sabes que tenemos un hilo de luz que une todos nuestros cuerpos? Este hilo de luz une todas las formas de vida, como un tejido sagrado, enlaza nuestras intenciones, sentimientos y voluntad. Nuestro hilo luminoso, además, se activa cuando estamos enfocados, permitiéndonos ahorrar energía y tener más poder.

También quiero aclararte que no te pido que vivas como indígena, sino que encarnes la actitud amáutica; te pido que vivas con poder, que llegues al punto en que nada ni nadie te perjudique.

El conocimiento no racional es también poderoso, pero se enfoca de manera distinta. Este camino de conocimiento, al que llamo Iveshama, existe simplemente para entrar en la vida: en la vida en su versión plena y poderosa.

En este momento, sobre la Tierra hay pocos seres vivos lúcidamente humanos. Este déficit es peligroso porque las nuevas generaciones crecen pensando que ¡esto es lo normal! La civilización tiene forma de anormalidad: la evolución humana fue reemplazada por el consumismo, de tal manera que este mal llamado progreso y avance termina por consumir a sus seguidores. Recuerda, Luana, que la vida del aprendiz comprende desafío y aprendizaje constantes, en este contexto, quejarse es perder energía.

Nada es fácil, nada es difícil; las cosas son necesarias o innecesarias. Determinadas veces es necesario perder la razón de manera controlada y por un corto lapso. Para lograrlo es necesario, invariablemente, activar la intuición, que proviene de la reconstrucción de la sensibilidad como parte de un proceso de crecimiento (el cual se inaugura con la observación de uno mismo). Recuerda esta trilogía: meditación para empezar el día, autoobservación para atravesar el día y reflexión para terminar el día.

Cuando tú saliste de viaje, buscándote, en realidad renunciaste a continuar viviendo como antes, como todos. Esa era tu vida de dormida: zombi. Desde el momento en que decidiste buscarte, comenzó tu etapa de la buscadora… ese ser que, gradualmente, va descubriendo las leyes que rigen la vida. En el momento en que el buscador encuentra lo que resuena en su corazón, en el tiempo en que esa frecuencia es compatible con su búsqueda, el mensaje que percibe es el que dinamiza su proceso de transformación.

Es entonces que nace la aprendiz: quien cumple las leyes que rigen la vida. Si perseveras en ese camino, si aprendes con todo lo que te pasa, nacerá la guerrera, que disfruta del cumplimiento de las leyes que rigen la vida. Si como guerrera continúas acrecentando tu consciencia, llegarás a la fase amáutica, donde podrás trascender las leyes que rigen la vida y convertirte en mujer de sabiduría. De momento, concéntrate en la fase de aprendiz: la que aprende con todo lo que le pasa, la que crece con todo lo que le ocurre, la que sabe que la vida es una escuela de crecimiento y evolución.

Todos tenemos la posibilidad de subir o bajar, de vestirnos de luz o permanecer en la sombra, de activar nuestro poder o, por el contrario, de sobrevivir descontroladamente y sin autogobierno. Todos tenemos la posibilidad de aprovechar esta encarnación o desperdiciarla. Por otro lado, Luana, no digas a los demás, cómo deben ser; solo muéstrales con tu actitud que la vida es otra cosa...

Luana, quiero decirte un secreto al inicio de esta caminata: la luz es una parte de ti misma, es la azotea a la que tienes que llegar. El poder está en tu centro y tu centro es una frecuencia vibratoria. Recuerda que eres la sucursal del universo y, como mujer, encarnas la representación de la fuerza creadora. Luana, actúa como lo que eres: universo poderoso y, simultáneamente, semilla de sensibilidad y magia.

Aprender a vivir es saber decodificar lo desconocido, sin olvidar que nada es sobrenatural y que esa palabra pertenece al mundo de los dormidos, de los que ignoran su poder y carecen de sensibilidad. Como ya te revelé, recuerda que eres la sucursal del universo y, como mujer, encarnas la representación de la fuerza creadora. Luana, actúa como lo que eres: universo poderoso y simultáneamente semilla de sensibilidad y magia.

Siempre me he preguntado: ¿Por qué gastar energía en ser infeliz?, ¿…en perjudicar a los demás? Cuando veo a las nuevas generaciones me pregunto: ¿Por qué gastar energía en vicios y hábitos antisaludables? Malgastar la energía, Luana, es abusar de ti misma. Aprender a ser feliz es el primer paso que dar, en el intento de manejar la energía. Quien es feliz, ahorra energía. Lo que viene después es especializarte en aprender con todo lo que te pase, fortalecerte con las adversidades; no olvides que avanzar en el camino del conocimiento te dará paz interior, además de la sensibilidad necesaria para presentir lo que tienes que hacer, en el momento justo y de la manera precisa. En ello consiste la adquisición de la visión, que implica la comprensión de la misión, y con ella tu evolución. Hay muchas cosas importantes en la vida, pero nada será más importante que tu vida; por tanto, nada deberá sacarte de tu centro, porque fuera de él, pierdes tu poder, además de estar desprotegida y sin visión.

Asegúrate, Luana, de que todo lo fuerte que te pase en la vida, te fortalezca; si no te haces fuerte con las adversidades, estas terminarán destruyéndote. Recuerda: vivir implica sensibilidad y poder, intuición y manejo de energía, en la perspectiva de lograr el autogobierno (me refiero a la soberanía existencial) que devolverá el sabor a tu vida. Así, finalmente, podrás manejar tu vida… como tú quieras. Recuerda, además, estas dos cosas: 1) nadie puede llegar a tu centro sin tu consentimiento, por eso ahí está tu refugio; 2) no aprender a vivir, es habitar el infierno.

Para que tengas una comprensión más visual, imagina la vida como un edificio: en la planta baja, se ubica la felicidad; en el segundo piso, el amor; en el tercer piso, la libertad; en el cuarto piso, la paz; por último, en la azotea está la salud, consecuencia de los cuatro anteriores. Recuerda que, en el sótano habita la infelicidad y todo lo negativo.

Ahora te hablaré de la magia, que es simplemente el manejo de la energía. Mientras tengas miedo o creas que no puedes, la magia estará fuera de tu alcance.

A veces te veo pensativa, dudando. Eso es bueno. Afuera, la gente cree que uno está mal cuando pierde la fe. Nosotros pensamos que no es falta de fe, sino de saber dudar: saber preguntarte y arriesgarte a buscar. Es lo mismo que pasó en el momento en que tú renunciaste a la rutina de tu vida anterior, sospechabas que la vida era otra cosa y en realidad descubriste que sí lo era. Entonces, comenzaste a darte cuenta de que te habían mentido, constataste que el amor es la base de lo que somos. Por eso te pido, pon toda tu energía en cada acción que realices; el resto, dímelo por medio de tu energía.

La persona que gasta toda su energía en lo externo, se boicotea a sí misma. A la energía, si prefieres, puedes llamarla con el nombre de tiempo. Ahora necesitas mucha energía para curar tus heridas, para crecer, para aprender todo lo que necesitas, para vivir bien. Por eso no puedes malgastar tu energía, como lo hace la gente que no conoce la vida y el deber de evolucionar en esta. Tú ya sabes que el tiempo no perdona y que la energía desperdiciada no vuelve. Observa cómo el resto de la gente sigue en la frivolidad: creen que la vida es lo que conocen; estudian temas técnicos e inservibles para vivir; trabajan por un salario (incluso en aquello que no soportan); y luego, con el dinero ganado, compran lo que no necesitan. Ellos no saben que lo más poderoso es intangible. Recuerda la bomba atómica, Luana, ¡recuerda que somos atómicos!

Por supuesto que este conocimiento no sigue el itinerario de la racionalidad convencional; no por ello, es i-rracional; quizás sea a-rracional, o algo distinto. Recuerda que nuestra racionalidad es diferente y no excluye la intuición y nuestras diversas capacidades. Recuerda, además, que quien no está despierto no está completo; y quien no está completo, está anestesiado o, en el mejor de los casos, insatisfecho; ni siquiera, sospecha acerca de la causa profunda de su malestar. Nunca olvides que somos animales racionales… y también emocionales, espirituales, energéticos. Somos muchas cosas a la vez y para completarnos precisamos ocuparnos integralmente de todo lo que somos. No olvides que el amor es la base de todo; la felicidad es el camino al amor y a la vida auténtica. Solo quien ama podrá ser libre y solo quien es libre, desde la lucidez, podrá tener paz interior.

Debes saber también que sin coherencia la vida es un caos, ese desequilibrio luego se transfiere a todo nivel. Por ejemplo, el cáncer es la pérdida de juicio de las células, es el desequilibrio de la vida expresado a nivel celular. La infelicidad es un síntoma que anticipa este desequilibrio. ¿Te das cuenta, Luana? Nunca se habla de esto, no se enseña a la gente cómo vivir bien. Poco a poco irás comprendiendo que el estilo de vida actual es la causa de enfermedades e infelicidad, del vacío y el sinsentido existencial que alimenta adicciones y suicidios. Observa cómo la gente dormida llama felicidad a la rutina, porque la seguridad de lo conocido le hace sentirse cómodo y seguro, y ahí se queda, porque se acostumbra, y defiende este estado de cosas. Realmente cree que lo normal es eso, cuando en verdad es todo lo contrario.

Luana, para nosotros vivir a medias no es suficiente, porque la vida nos requiere en nuestra totalidad: con nuestra energía enfocada y nuestra alerta desplegada. Nosotros sabemos que vivir mal es peligroso; que romper la conexión con el Chej-pacha (o nómbralo como orden cósmico) es un riesgo muy grave; que la estupidez y la irreverencia atraen amenazas innecesarias y el peligro de una vida no vivida. Recuerda que la infelicidad del dormido lastima a la vida, que esa infelicidad es de cristal, por eso se rompe a cada rato, multiplicando el sufrimiento.

Hay gente que gasta más energía de la que tiene, endeudándose con su campo energético, que luego le cobra ese préstamo, con el interés de la enfermedad. Te pido, Luana, haz lo contrario, ahorra energía, reduce tus necesidades, suprime todo derroche de energía, identifica a los que te roban vida. Recuerda, además, que siempre tenemos poco tiempo, un día por día es muy poco tiempo, que desconocemos cuál será nuestro último día de vida, esto es importante no olvidarlo.

¿Quieres saber cómo entrar en ti? El silencio es la puerta y las llaves de acceso a él son: la música, la danza, la caminata circular, el canto, la contemplación. Una vez comenzado este itinerario de crecimiento, no te detengas hasta lograr la vida plena, porque en esta vida solo hay tiempo para aprender a vivir. ¿Sabías que quien no vive bien, agota su energía prematuramente?, ¿que la vida se renueva cuando vivimos bien?, por ello, la gente feliz se ve siempre más joven; ¿sabías que la plenitud es hacer lo que tienes que hacer en el momento justo y de la manera adecuada? Plenitud es también saber hacer nada.

Poseer sensibilidad sin tener poder, nos hace vulnerables. Luana, permanece atenta al paso del tiempo. ¿Sabes que los instantes son en realidad los susurros de la eternidad? Un anticipo finito de lo infinito, un flujo indetenible que nos recuerda que estamos de paso, es decir condenados a vivir plenamente, saboreando cada momento y convirtiendo el indetenible paso del tiempo en crecimiento. Quiero que aprendas a abrir tu energía selectivamente, esta sensibilidad se activará frecuentando el silencio meditativo a través del contacto con la naturaleza y con la actitud de aprendiz y de reverencia constante. Quiero que te prepares para recibir una sabiduría ancestral, que está a punto de desaparecer. La supervivencia de este conocimiento depende de unas pocas mujeres y hombres valientes.

Debes saber que la estructura del conocimiento chamánico, tiene forma de red de semillas que germinan en el momento justo. Observa qué pasó cuando te encontrase con este mensaje. Si presientes que es tu tiempo de despertar, aclimata esta enseñanza a tu vida. El conocimiento que traje para darte es oral y secreto; transmitirlo es un ritual, sin embargo, luego precisa convertirse en un estilo de vida.

En realidad nosotros no buscamos aprendices, ellos se seleccionan solos luego de haber desarrollado el alerta sereno y la reverencia, o permaneciendo dormidos y perdiendo las oportunidades. Si aprendes a manejar tu energía oportunamente, podrás sacarle provecho a todo lo que te pase, a todo, ¿comprendes? Para ello precisas vivir este conocimiento; es la manera de entenderlo, vívelo profundamente con todos tus cuerpos (piensa que tienes varios cuerpos que aún no puedes ver).

Recuerda que todo es energía danzando indeteniblemente, pero tú puedes modificar tu frecuencia vibratoria, mediante la actitud y voluntad, la disciplina y la reverencia. Tú sabes que el ser humano es un puñado de energía, por ello tu vida no puede limitarse a atender tus necesidades básicas, como recomienda la sociedad. Eso es lo que hacen los animales. Recuerda también que las emociones son descargas de energía que, si no aprendes a manejarlas, terminan des-energizándote. Saber energizarse y ahorrar energía es fundamental, ello ocurre cuando te planteas una vida desde la soberanía existencial, consecuencia de haber aprendido a vivir.

¿Sabes? Me acerqué a ti para decirte: reagrupa tus instantes, redirecciona tu energía; crecer es cambiar la visión; las técnicas son solo apoyos que sin trabajo interior son inservibles; sin sobriedad, el derroche energético está garantizado. Vine para decirte que asumas la responsabilidad de estar viva, que te hagas amiga del silencio, que recuperes tu poder y la sensibilidad que activará tu intuición. Así podrás darte cuenta muy rápido de lo que te toca hacer; nos encontramos para recordarte que aprendas a fluir. Lo que recibiste de tu familia, es un gran cascarón de explicaciones que un día te sirvió de protección: eso que ayer te sirvió, ahora te impide desplegar tus alas y levantar vuelo. Luana, es preciso que cures tus heridas, que perdones, que olvides, que te encuentres, que aprendas y crezcas, que te transformes y disfrutes. Haz lo que amas, sé solidaria, sé tú misma, sé lo mejor de ti, porque todos podemos vivir en lo superior o en lo inferior.

Elije vibrar desde el amor, da amor, no porque los demás lo merezcan, sino porque es tu manera de vivir, recuerda esto: para ser auténtica precisas ser libre, pero la libertad solo emerge en la persona amorosa y el amor solo crece en la gente feliz.

Vine a compartir mi energía contigo, la transmisión de la enseñanza ocurre en ese contexto, empero debes estar atenta, no todo es explícito. Para mí es el tiempo de compartir los secretos, eso aprendí de los abuelos, no es bueno llevarse lo que uno recibió; vivir es compartir, un día, como ya te dije antes, deberás hacer lo mismo.

Tú tienes que fabricar tu destino, ya que el destino no existe, este será consecuencia de las decisiones que adoptes. Lo importante es que comprendas profundamente que tu libertad es la razón de que no exista el inexistencia del destino. Vivir es lanzarse al abismo de lo desconocido, para conquistar las alas y convertirse en guerrera. Hoy empiezas como oruga, pero si perseveras, estarás condenada a convertirte en mariposa. Por tal motivo, te recomiendo que medites y reflexiones antes de decidir; analiza e intuye y no pierdas de vista la etapa en la que estás y los invisibles efectos colaterales de cada decisión.

La libertad te enseñará lo que es la vida; el amor te enseñará lo que es la libertad; la felicidad te enseñará lo que es el amor; la felicidad, el amor y la libertad, te vestirán de paz y todo ello garantizará tu salud. Después, abandona la búsqueda del resultado, es mejor así, de esta manera evitarás frustraciones y otros desgastes de energía. Es la vida la que pondrá a prueba estos conocimientos, porque si estás haciendo lo que tienes que hacer y de la mejor manera posible para ti, ya no importa el resultado. Así, cuando tengas que cumplir tu misión, ama lo que hagas y simultáneamente haz lo que amas y disfruta lo que te pase; sin olvidar que tienes que aprender de todo lo que te gusta y también de lo que te desagrada.

Quiero verte llena de poder y eso significa llena de vida. Todo este conocimiento, si estás aprendiendo, deberá formar parte de tu campo energético. No es necesario, en ningún caso, un acto de memoria; solo tienes que comprenderlo, encarnarlo y hacer lo que tengas que hacer de manera plena. Si es así, lo habrás hecho bien y, de esa manera, habrás comprendido tu misión, además de haber reconstruido la mujer de conocimiento en ti. Luana, recuerda esta secuencia: despliega tu atención, añade serenidad a tu alerta, desde ahí obsérvate, de esta manera llegarás a conocerte, ello posibilitará detectar puntos débiles y todo lo que precises modificar; trabajando de esta manera podrás transformar lo que sea necesario y traducir esto en crecimiento. El crecimiento te permitirá recuperar la sensibilidad y el poder con los cuales podrás construir la mujer de sabiduría que anhelas ser. Al recuperar tu sensibilidad se activará tu intuición y tu visión y con ello la comprensión de tu misión; el resto será encarnarla, porque en su cumplimiento está el juego de tu evolución. Permanece atenta, en un mundo en el que muchos confunden profesión con misión.

Permíteme acompañarte al ingresar a la vida; después deberás continuar sola; más adelante, quizás podamos reencontrarnos. Sin embargo, no te preocupes cuando ya no esté, mi energía estará presente en forma de conocimiento que, luego, sumado al tuyo, deberás entregar a tiempo y continuar el flujo de la vida y sus misterios. Recuerda que solo somos millones de átomos organizados con una intención y una voluntad, que si no interferimos el curso del flujo, la evolución de la que somos parte continuará indetenible. Recuerda, finalmente, que la vida es una cita con lo desconocido y que, a pesar de sus misterios, es una maravillosa aventura. ¿Viajamos? Solo quiero recordarte que este viaje no tiene pasaje de retorno, porque la vida es otra cosa y está en otra parte.

El viaje del autoconocimiento

Luana se despertó a media noche, asustada por una pesadilla. Soñó que todo era mentira, que lo aprendido en la universidad era inservible, que su entorno era una danza de apariencias donde cada uno se disputaba para convencerse a sí mismo del engaño de turno. La sobresaltó saber que cada vez que cumplía años, fiesta incluida, en realidad era un año menos de vida, de una vida que se le iba, sin ella comprender lo que en el fondo significaba.

Constató aquella noche cómo el insomnio se apoderó de ella. Ese día había transcurrido como siempre, un día se parecía al anterior, y cada fin de semana, a todos los fines de semana; la pausa que anestesiaba la rutina se llamaba alcohol, el pretexto era cualquier reunión, la necesidad era imperiosa, necesitaba salir, desahogarse, expresar cualquier cosa, necesitaba alternar la rutina con otra rutina de profunda frivolidad. Era el ritual semanal que todos los jóvenes de su edad realizaban puntualmente.

Esa noche, antes de acostarse, había mirado su álbum de fotografías, mientras escuchaba su música favorita. Se había visto a distintas edades. Observó cómo pasaba el tiempo, cada vez más rápido. Hace poco había cumplido dieciocho años y de eso ya habían pasado cuatro años. Se acostó en la cama; ese miedo, un miedo sin nombre, estaba otra vez allí. A veces tenía forma de pregunta, otras era silencioso y se vestía de misterio amenazante. Algo le estaba sucediendo, resultaba inútil ignorarlo por más tiempo.

Intentó dormir. Continuó la duda, esta vez en forma de intranquilidad y, más tarde, convertida en pesadilla, interrumpiendo su descanso nocturno. Se levantó de la cama, se sentó en el baño. Tenía amigos que la querían, había pasado trabajando un tiempo en el país del norte para ahorrar y pagar su universidad y, de pronto, sentía que eso no era lo que quería hacer. Miró el muro, encontró una anotación; era una fecha, decía: «24 de enero». «¿Qué pasará en esa fecha?», se preguntó. Intentó leer un libro, escuchar música, pero ya nada era suficiente, era un domingo del año 2012 y no sería un domingo más. Recordó también haber leído que el 21 de diciembre de ese año sería el fin del mundo. Se acabará el mundo sin que haya aprendido a vivir. Pensó.