Primera edición: Julio 2019

 

Diseño de la colección: Valen Bailon

Corrección morfosintáctica y estilística:

Editorial Vanir

De la imagen de la cubierta y la contracubierta:

Nacho Casado

Del diseño de la cubierta: ©Editorial Vanir, 2019

Del texto: Lena Valenti, 2019

www.editorialvanir.com

De esta edición: Editorial Vanir, 2019

 

Editorial Vanir

www.editorialvanir.com

valenbailon@editorialvanir.com

Barcelona

 

ISBN: 978-84-17932-01-5

Depósito legal: B 18825-2019

 

 

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COMO PUTAS

 

‘Se visten como putas’, dices.

Pero no tienes ni idea.

Se visten así porque les da la gana,

se visten así

para sentirse guapas, preciosas, preciosísimas,

lo hacen por ellas, no por ti,

porque, aunque te joda,

su ropa no depende de tu polla.

Porque son libres

de ponerse, de quitarse y de enseñar,

y tú eres un malnacido

porque no eres capaz de ver más allá de la piel.

No ves que detrás de un escote

hay una mujer valiente,

que debajo de una minifalda

hay una mujer segura.

Y entonces,

como sabes que no puedes tenerla

porque no estás a su altura,

la llamas puta;

y déjame decirte una cosa:

con cada uno de tus insultos

ella ya tiene claro

que no va a dejar de luchar

por su libertad

hasta el final.

Y menos mal,

porque una mujer en guerra

vence sola

a un millón de tipos

como tú.

¿Te enteras?

 

Miguel Gane

 

 

 

Unas palabras antes

Soy Olivia Misssy.

Si me sigues en redes, sabrás que vengo del mundo nocturno, que he sido y soy (cuando yo decido) gogó y he bailado en los shows y las macrofiestas más importantes del mundo. Sí, también soy la pareja del Rey Chatarrero, por supuesto. Pero aquí no me vas a conocer por ser nada de nadie. Porque aunque te hablaré de Javi y de mi relación, antes de él yo ya era Olivia.

En las fiestas y festivales de los que te voy a hablar he vivido de todo. Conozco ese mundo como la palma de mi mano. Y sé cómo ciega, sé de sus luces y sus sombras. De su glamour, de sus vicios, de sus pecados...

Y la noche... ay, la noche. Es verdad que confunde y que no es para todos, aunque todos la quieran y la deseen.

En la oscuridad, sobre los podiums, con la música entrando en mis venas, los focos bañando mi piel y los hombres y mujeres a mis pies, una puede quedar atrapada por el placer de hechizar y de sentirse poderosa.

Pero ese mundo es un arma de doble filo. Y si miras al horizonte, más allá de la purpurina y de los reservados donde siempre tenía invitación, más allá de todos esos ojos fijos en mí, del brillo y los pintalabios, podrás ver el cartel luminoso de peligro, ahí, al final, intermitente. Como una advertencia.

Así que me moví, como me he movido siempre. Bailé, pero mantuve los pies firmes en el suelo.

Porque yo busqué ser gogó. Yo lo decidí. Pero siempre bajo mis reglas.

 

 

Soy una mujer que siempre me he movido por impulsos. Por instinto. Y pocas veces he dado pasos atrás. Si voy a participar en algo, me meto de lleno, de cabeza. Como un toro.

Ser poco reflexiva y querer vivir mis días con intensidad me ha reportado vivencias extremas, algunas buenas y otras no tan buenas. Para conseguir la vida que quería me he tenido que pulir experiencia a experiencia. Alquimia, lo llaman algunos. Que de una piedra insignificante te conviertan en un diamante. Yo me he llevado alguna hostia, y me he limado, pero todo ha merecido la pena.

 

 

A veces creo que brillo más de la cuenta, y que esos destellos afectan a otros sin yo ser consciente de ello. O puede que sí sea consciente y me encante. Hay una dualidad en mí muy potente y juego con ella según lo que quiera, ya me entenderéis.

Lo que sí sé es que, al menos, todas esas vivencias, extremas o no, las he vivido yo, según mis normas y aceptando las consecuencias de mis decisiones. Y hoy por hoy las sigo viviendo como quiero.

Ahora me conocerás, ahora sabrás de mí, por mi boca, la verdad y nada más que la verdad. Tanto si me admiras, como si me odias o si me juzgas, te doy la oportunidad de que sepas de mi vida nocturna y de mí, por mis propias palabras. Nada de «me han dicho» o «la amiga de tal...» o «esa piba en su stories ha dicho de ella que...». No.

Aquí te digo todo lo que te gustaría saber sobre la profesión. Te hablo de mis experiencias y también te hago sugerencias porque, aunque podría darte consejos, no te los daré. Cada una debe ser valiente para tomar lo que quiere.

Así que no investigues más. Esta soy yo.

 

 

Obviamente, no nací gogó. Muchos seguro que pensaréis que una gogó tiene un perfil muy marcado y que todas estamos cortadas por el mismo patrón. Pero nada más lejos de la realidad. Cada una es un mundo. 

Yo he sido niña, adolescente y cuando decidí ser gogó, al menos en mi caso, fue siendo ya una mujer. Cada paso que fui dando me llevó a la profesión y supe que era lo que quería hacer. No llegué a ella por casualidad ni por equivocación. Bailar, seducir, animar... viajar y vivir. Eso era lo que quería.

Pero a mi modo.

 

 

En la vida todos tenemos un punto de inflexión. Algo que explica cómo empieza todo. Un click que hace que nos replanteemos las cosas. Yo he tenido muchos. Así de salvaje he sido y soy. Pero hubo uno en particular que sí hizo que me replanteara todo sobre mí, sobre lo que quería, sobre quién era yo y por qué me estaba pasando aquello...

 

 

Todo cambiaría para mí después de aquella experiencia. Pero dejad que os lo cuente todo bien... desde el principio. He vivido mucho y muy intensamente. Y contároslo todo es la única manera de que entendáis quién soy. No sé qué idea tenéis de las gogós, no todas somos iguales. Yo os voy a decir qué tipo de gogó soy yo. Seguro que no os imagináis ni la mitad.

Zorra, santa, ravalera, macarra, chula, seductora, matahari, ángel, demonio... llámame como quieras.

Al final, solo te quedarás con Misssy.