KAMA SUTRA

Lésbico






AUTOR: PILAR CRISTÓBAL

EDITORIAL: El Angel.

ISBN13: 978-84-941157-8-3

TITULO: Kama Sutra Lésbico




















En todo lo concerniente al sexo, cada uno debería actuar según sus propios gustos”


KAMA SUTRA.- LESBIANAS. PILAR CRISTÓBAL.



1.- Breve historia de la homosexualidad femenina.


2.- Breve historia de los libros eróticos y pornográficos en la antigüedad.


3.- Preparación del cuerpo.

El baño.

La crema.

El espejo.

La masturbación.


4.- Como crear un ambiente adecuado.

Una habitación para el amor.

Perfumes de ambiente.

La piel.

El aliento.

Flores.

Aceites y colonias.

Cava y albariño

Sedas y satenes.

Luz y sombras.

Espejos.

Música


5.- Compartir los preparativos.

Baño compartido.

Lavado de cabeza y maquillaje.

La ropa para el amor.


6.- Los abrazos.


7 - El masaje sensorial

Los aceites.

Arañazos.

Caricias en el pelo del cuerpo.


8 - Una paradita.

Comida.

Bebida.


9 - Los besos.

Los mordiscos

Los chupetones.

Las lamidas.


10 - La masturbación.


11 - El cunnilingus, el 69.


13 - Posturas


a) Espalda en el colchón.

(Valen todas las variantes de la postura del misionero)


b) Sentados.

(Valen todas las variantes de sentados tanto de espalda como de frente)


c) Para las que prefieren la penetración.

(Consoladores, didos, cinturones y soportes)


Voy a incluir recuadros sobre: Sexo seguro, abrasiones, pintura corporal, anillado y piercing, tatuaje, acupunción, afrodisiacos, lugares de contacto, bisexualidad, bondage, enemas, oxígeno (falta de), sadismo y masoquismo, sexo en grupo, pornografía y sexo por ordenador, transexuales, fetichismo, etc.,



HABLEMOS DE SEXO


Desde que Freud afirmó y demostró que la sexualidad aparece incluso antes del nacimiento, se viene describiendo la sexualidad humana como una dimensión que define, caracteriza, identifica y proporciona uno de los placeres más genuinos y satisfactorios.

Las relaciones sexuales humanas no son una mera expresión del impulso reproductor, tampoco son un mero acto de entrega o posesión entre dos biologías. Las relaciones sexuales responden sobre todo a la necesidad de comunicación y son una expresión de la búsqueda del placer y de la felicidad. Poco y casi nada tiene esto que ver con la reproducción aunque evidentemente esta dimensión también quede incluida, pero en una medida tan pequeña que no se presenta como realmente significativa.

En los humanos su sexualidad y la forma de experimentarla influye no solo en su funcionamiento corporal, sino también en su funcionamiento psíquico y social, y aunque durante siglos la sexualidad y la conducta sexual constituyeron la principal fuente de manipulación, represión y/o exaltación religiosa, en la actualidad el sexo ya está sobre la mesa y no debajo de la cama como hasta ahora y ya se pueden estudiar las funciones biológicas, psicológicas y sociales que están implicadas para lograr un mejor desarrollo de la personalidad.

Conocer las posibilidades del placer sexual y del goce erótico era hasta hace muy poco, pecaminoso, aberrado o políticamente incorrecto, pero ahora se sabe que es una forma de conseguir personalidades más sanas y armoniosas, y que su desarrollo sano, sin vergüenzas ni culpas nos hará sentir mejor física y emocionalmente y también nos hará fuertes para exigirle a la sociedad nuestros derechos.


LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA.


La respuesta sexual humana esta constituida por una serie de cambios fisiológicos que se dan cuando la persona recibe estímulos que su cerebro tiene codificados como eróticos. La estimulación sexual continuada y rítmica concluye con una respuesta, muy placentera, que se genera en la zona sacra de la médula espinal, y que llamamos orgasmo o clímax del placer sexual.

La respuesta sexual femenina ha sido divida para su estudio en cinco fases:

La fase del deseo en la que el objeto sexual (real o fantaseado) se nos aparece en todo su esplendor. Es más de orden psicológico que fisiológico y los estímulos que favorecen esta primera fase están en lo que se conoce como mapa cerebral de la respuesta sexual que está constituido por todos los objetos que en el pasado provocaron la misma respuesta. En los seres humanos este mapa es extraordinariamente complejo y favorece el que casi todos los seres humanos reales puedan ser objetos eróticos.


La fase de excitación es la que ocasiona la lubricación de la vagina, la relajación de los músculos perivaginales, le erección del clítoris, la aceleración de los ritmos cardiacos y de la respiración, el aumento de temperatura y el deseo de aproximarse, tocar, besar y acariciar a la persona que ha provocado esta maravillosa reacción.


La fase de meseta es el momento en que es imposible controlar la respuesta, es como si un piloto automático se hiciera cargo de todo el proceso y solo queda abandonarse y gozar con el orgasmo que se prevé a punto de llegar.


La fase de orgasmo se produce con una sensación de gran calambre sumamente placentero que inunda como una gran ola todo el sistema nervioso, a veces, se presentan oleadas de calor y deseos de mover las caderas, a veces también se producen gritos o ronquidos involuntarios. Pequeños espasmos que parten de la musculatura del vestíbulo de la vagina y agitan todo el cuerpo indican que la fase ha terminado.


La fase de resolución, a través de ella se vuelve al estado basal previo, la relax puede producir somnolencia y deseos de permanecer quieta, pero en la mayoría de las mujeres produce deseos de buscar el otro cuerpo, de besarlo y tocarlo que da paso a la ternura y al reencuentro, ya que, durante el orgasmo se está solo, concentrado en las propias sensaciones y totalmente desconectado del exterior.


Ya hemos dicho que lo que desencadena la respuesta sexual son estímulos que desde el punto de vista fisiológico podemos dividirlo en dos grandes grupos:

Los que proceden de la médula espinal y son puros reflejos y los que proceden de la zona cortical del cerebro y corresponden a recuerdos, fantasías y sueños.

La expresión “química del deseo” se emplea muy a menudo para describir el efecto que produce una persona en nosotras. Esta expresión no es tan metafórica como parece; la excitación erótica produce realmente profundos cambios químicos en el organismo, las responsables de estos cambios son las hormonas sexuales, sustancias que viajan por la sangre y provocan todos los fenómenos de la respuesta sexual desde el brillo en los ojos y la dilatación pupilar hasta el orgasmo.

Las principales hormonas responsables de estos fenómenos son: los andrógenos, los estrógenos y las progesteronas que en contra de lo que pudiera parecer por sus nombres están presentes en todos los seres humanos aunque las cantidades son diferentes de acuerdo con el sexo de cada uno.

La intensidad del deseo sexual depende del nivel del andrógeno más importante, la testosterona, sus cantidades varían según la frecuencia de las relaciones y lo estimulante que sea el objeto amoroso, por esto la garantía de una buena respuesta sexual viene dada por lo frecuente de las relaciones, lo estimulante que sea la compañera y esas pequeñas sorpresas que favorecen que la rutina se aleje.

Últimamente se han puesto de moda las llamadas feromonas, derivados del bisulfito de metilo, que son emitidas por unas pequeñas glándulas odoríferas situadas en la boca, las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas y los genitales. Al ser este compuesto químico muy versátil puede mezclarse con otras muchas sustancias lo que le hace propio de cada persona, por eso Alex Confort, autor de The Joy of Sex (El gozo del Sexo) recomienda evitar el uso de desodorantes perfumados o perfumes que enmascaran el olor natural del individuo enamorado, que como dice Peter Suskin en El perfume es el verdadero olor del Amor. Confort aconseja usar una pequeña cantidad de sudor genital detrás de las orejas para excitar a la pareja.

LA SEXUALIDAD A LO LARGO DE LA HISTORIA.


LA PREHISTORIA


No tenemos modo de saber como se desenvolvía la humanidad primitiva en temas sexuales, pero si observamos a nuestros parientes más próximos, los chimpancés pigmeos, vemos con sorpresa que las relaciones entre machos son frecuentes y que sirven para crear vínculos solidarios de protección y reparto, todos los chimpancés pasan por una fase de “feminización” durante la adolescencia, es decir, se comportan como hembras, tienen conductas de búsqueda de protección, de acatamiento y de crianza.

Al llegar a la madurez algunos desarrollan conductas exclusivamente masculinas, otros siguen siendo femeninos y los demás conservan las dos conductas durante toda la vida. Esto se parece enormemente a lo que podemos observar en la mayoría de las culturas humanas presentes y pasadas.

Podemos suponer que al principio durante la época recolectora-cazadora en la que los humanos debían buscar el alimento diario en un mundo muy hostil, la sexualidad no formara parte explícita de la cultura y los humanos se organizaran en grupos de defensa sin preocuparse demasiado de las conductas sexuales individuales.


SOCIEDADES AGRÍCOLAS


La sexualidad empezó a ocupar un lugar preeminente en la civilización con la llegada de la agricultura y los primeros asentamientos estables. La necesidad de defender los campos de cultivo de los depredadores, humanos y no humanos, favoreció la selección del hombre sobre la mujer y la casta de los guerreros fue adquiriendo poco a poco el poder sobre las hembras, las crías y los demás hombres. En este momento los machos dominantes asumieron el poder y la capacidad de relacionarse sexualmente con todos los demás, se establecieron como en Grecia dos categorías de hombres, los que eran capaces de copular con todos: hombres y mujeres, paradigma del macho, y los que solo copulaban con mujeres o con hombres que eran considerados de segunda categoría, los pasivos y los que preferían actividades femeninas constituían el último escalón de la pirámide sexual junto con las mujeres.

Se empezó a considerar la cópula como expresión de la exaltación del poder reproductor de la tierra y los festejos agrícolas siempre terminaban con orgías sobre la tierra para estimular la fecundidad de esta, con ello el sexo entró en el dominio de lo mágico y empezó a regularse. Ya no estaba permitido todo, y las castas sacerdotales empezaron a decir a través de leyes y decálogos el como, el cuando y el con quién.

Los imperios hidráulicos de Mesopotamia desarrollaron ritos y festejos muy elaborados para rendir culto a las divinidades de la fecundidad que incluían tanto cópulas colectivas como sacrificios humanos. Diosas como Astarté, Afrodita o Venus representaban tanto el goce sexual como las leyes que regían este goce, que ya nunca volvió a ser libre.


LA GRECIA CLÁSICA


Quizás sea la Grecia Clásica, la del siglo de Pericles, la primera en la que se hacen explícitas las relaciones sexuales entre mujeres. Las damas de rango superior enviaban a sus hijas a aprender usos y buenas costumbres a la isla de Lesbos, donde una de las mayores poetisas del arte amatorio tenía un colegio de señoritas que diríamos hoy. Aquella mujer y aquella isla dieron nombre al amor entre mujeres. Lesbiana quiere decir sensu estricto habitante femenino de la isla de Lesbos, pero como ella misma se duele, este amor no duraba mucho porque las educandas, terminado el periodo de estudios, debían volver a su tierra y a sus obligaciones, la más importante de las cuales era dar hijos a la patria.


La transformación de los clanes en pueblos y naciones y el paso de lo agrícola a lo ciudadano introdujo cambios muy profundos en cuestiones de suma importancia como la consideración social de las mujeres y de los hombres que amaban a los hombres exclusivamente, aquellas fueron recluidas en los gineceos o en los prostíbulos para servir a las necesidades de los machos; las primeras, la necesidad de hijos varones, las segundas, la necesidad de placer sexual y las que amaban a las mujeres tuvieron que guardar su amor en su mente y aceptar a los hombres en sus camas cuando seguramente su mente estaba en otra. La reclusión en los gineceos, favoreció que los amores lesbianos se mantuvieran guardándolos en secreto y que diera la sensación a lo largo de la historia que no había. Una mujer puede tener hijos aunque aborrezca el medio para tenerlos.

En este sentido tuvieron más suerte que sus hermanos homosexuales exclusivos, afeminados o transexuales, ya que, como eran considerados ciudadanos de tercera clase las familias procuraban reprimirlos, ocultarlos o exterminarlos, lo que dio origen a la terrible persecución que se desencadenó en Grecia, siguió por toda la cuenca del Mediterráneo hasta Roma y se consolidó con el advenimiento del Cristianismo, heredero y deudor de estas dos culturas. Las lesbianas y los homosexuales exclusivos solo pudieron refugiarse en los conventos y en los prostíbulos, por esto la mayoría de ellas aceptaron las leyes que les hacían negarse a si mismas y contrajeron matrimonio mientras mantenían relaciones, esporádicas o casi matrimoniales, con sus criadas, amigas o parientas.


LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS.


Casi todos los historiadores están de acuerdo en decir que la religión judía fue la primera en reprimir la sexualidad pero esto no es verdad, la religión judía no era distinta de las otras religiones del Mediterráneo, la única diferencia con respecto a las demás es la consideración de dios único que sirvió como cobertura al establecimiento de los Grandes Imperios que necesitaban, unidad de pensamiento y unidad de acción para cumplir con su objetivos. Las grandes religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo) se han revelado como extraordinariamente efectivas para sojuzgar pueblos y naciones, un solo dios, una sola religión y una sola lengua son mucho más efectivos que cualquier otra consideración de índole política (un solo gobernante) o social (un solo código) que se habían intentado antes.

Las tres religiones del libro consideraban la homosexualidad masculina y femenina como un peligro para la reproducción, los contingentes militares eran decisivos en las guerras y el éxito dependía tanto de la estrategia de los generales como del número de los soldados, la constante de “macho dominante” se siguió manteniendo, pero la sexualidad y su expresión fue pasando a la categoría de pecado.


LA EDAD MEDIA.


La Edad Media y sobre todo el modelo feudal en el que un feudo no puede mantener un aumento de población sostenido, desarrollaron una nueva visión de la sexualidad, ahora eran tan peligrosos los homosexuales como los heterosexuales, estos incluso más, porque el exceso de población generaba más problemas que las relaciones sexuales no reproductoras.

El Occidente enterró bajo una gruesa capa de prohibiciones todo placer sexual, el sexo y su expresión ya no eran un orgullo, eran pecado en general. Las relaciones sexuales, incluso dentro del matrimonio fueron coartadas de tal modo que desde el siglo VIII hasta el siglo XIII y por primera vez en la historia de la Humanidad se consiguió el crecimiento menos cero. Se entró en la Edad Media con más población de la que se salió.

Las mujeres sobrantes de las grandes familias, las bastardas, las sin dote fueron recluidas en los conventos, encerradas en vida desde su mas tierna infancia. La mayoría aprendieron a expresar su sexualidad con mujeres y disfrutaron de su encierro como buenamente pudieron, un pequeño grupo se expusieron a la vergüenza y la excomunión como Eloisa por defender su amor y las más neuróticas empezaron a sentir que mantenían relaciones sexuales con diablos o con ángeles, ¡pobre sexualidad martirizada!. Las hijas de familias pobres no tuvieron más remedio que dedicarse a la prostitución con los beneplácemes de la iglesia que solía cobrar los diezmos a los dueños de los burdeles y al mismo tiempo castigar a las pupilas con la excomunión.

Homosexuales y prostitutas, lesbianas e iluminadas crepitaron en las hogueras de la Inquisición junto a herejes, judíos, locos y diferentes. La sociedad patriarcal nunca ha visto en el lesbianismo un problema para su supervivencia, primero porque el derecho consideraba a la mujer como menor de edad toda la vida y eran sus tutores, es decir, los varones de la familia los que decidían su estado civil, segundo porque al no haber penetración no se atentaba contra los derechos de sangre.


En los países del Islam las cosas no rodaban mejor que entre los cristianos, el hacinamiento de los harenes y de los prostíbulos favorecía el amor y la ternura entre mujeres que estaban hartas de sentir en su carnes la brutalidad de sus amos. Los turcos favorecían las relaciones lésbicas porque pensaban que de ese modo se calmaban los ardores de sus concubinas y no buscaban a otros hombres.


ORIENTE


El Oriente no era diferente, el ascetismo y la liberación a través del anonadamiento no trataban mucho mejor a la expresión sexual homosexual, que produce un rechazo general.

Entre los peores aspectos de las culturas india y china está la obligación de contraer matrimonio que se extiende a todas las mujeres y que es resuelto por los padres de los contrayentes sin tener en cuenta las preferencias de las personas

Estas políticas sexuales y este rechazo a las conductas sexuales homosexuales se mantuvieron hasta el siglo XX. No obstante en el siglo XVIII empezaron a darse cambios imperceptibles que desembocaron en la llamada “Revolución Sexual” de los años sesenta.


EL MARQUÉS DE SADE


A finales del siglo XVIII el Marqués de Sade introdujo en Francia, entre otras cosas, una visión del placer sexual completamente nueva. Fue malentendida por sus contemporáneos que la consideraron como una simple incitación a la perversión y al crimen. Lo que él propugnaba era una liberación de pensamiento y una aceptación del contenido de la fantasía como paso previo para la liberación de la expresión del deseo.

Los escritos del Marqués de Sade marcan, de todos modos, el renacimiento del interés por el sexo y marcan el principio de la explosión emocional que supuso el romanticismo del siglo XIX.

Durante este siglo también empezó a estudiarse la sexualidad humana como una rama más de la ciencia, pero el puritanismo de la sociedad permitía su estudio científico siempre que se respetaran los principios éticos. Este código de conducta tan severo a nivel social hizo que se desarrollara el principio, que continua hasta nuestros días, de la doble moral. La sociedad exigía continencia sexual, definía la sexualidad como sólo reproductora, castigaba duramente cualquier conducta que no estuviera al servicio de dicho fin y sin embargo mantenía prostíbulos cada vez mayores y mejor equipados, tanto de hombres como de mujeres, al servicio de las inevitables necesidades “sucias” de los varones. A finales del siglo XIX había en Londres 350.000 prostitutas censadas para una población de un millón y medio de habitantes... Sin comentarios...

Tal visión del sexo como algo impuro y condenable, hizo que muchos hombres y mujeres sufrieran enormemente por no poder desarrollar plenamente sus posibilidades sexuales y sus tendencias.


LA MORAL PURITANA.

La época victoriana y su concepto de sexualidad marcó las investigaciones de los años posteriores, en un conocido libro de información sexual escrito por Kraft-Ebbing se dividen las aberraciones sexuales en tres categorías: la homosexualidad, la heterosexualidad y la masturbación (¡sic!)

El inicio del siglo XX casi coincidió con los más importantes movimientos para la liberación sexual, mujeres y hombres intentaron que las condiciones de vida de ambos fueron más aceptables. Igualdad de derechos, mejores condiciones de trabajo e igualdad de responsabilidades ante la ley fueron las principales reivindicaciones, pero también se exigía el derecho al disfrute del propio cuerpo. Lentamente empezaron a desecharse muchos tabúes y la ciencia pudo, por fin, acercarse a la sexualidad humana sin demasiadas trabas éticas.


MAGNUS HIRSCHFELD


Los primeros en emprender un estudio serio del sexo fueron los movimientos de liberación sexual alemanes, capitaneados por homosexuales como Magnus Hirschfield que era médico como su padre, pero que primero estudió filosofía.

Viajando por África, observó civilizaciones que eran muy tolerantes y aceptaban conductas sexuales que en aquel momento, en Europa, eran tachadas de aberraciones, perversiones o desviaciones del sano ejercicio de la sexualidad. Más adelante encabezó un movimiento para pedir al Reichstag (Legislativo alemán) que eliminara del código penal las leyes contra los homosexuales. También creó el primer Instituto de Ciencias Sexuales.

La clínica del instituto ofrecía consejos médicos gratuitos, su sección universitaria daba conferencias gratis por todo el país proponiendo una nueva moral sexual más abierta y respetuosa, desarrolló un centro de asesoramientos para parejas y una biblioteca de consulta para estudiosos de la sexualidad humana.

Hirsfield es el autor del primer tratado serio sobre la homosexualidad humana “Safo y Sócrates”, el primer estudio sobre la ley natural sexual “Leyes Naturales del Amor” en el que se manifiesta en contra de las ideas sobre sexualidad de las Iglesias cristianas, sin hablar de su magna obra “Patología Sexual” de más de 3.000 páginas, en la que recogió todas las patologías sexuales, y elevó la sexología a rango de ciencia.

Era un hombre compasivo y comprensivo que luchó como médico a favor de las personas que por su tendencia sexual eran maltratadas y condenadas por la sociedad alemana de aquella época. Con la llegada de Hitler, un bisexual como él, tuvo que exiliarse fuera de Alemania, sus libros fueron quemados y sus compañeros de trabajo encarcelados, la misma suerte corrió el primer estudioso de la función del orgasmo W. Reich discípulo de Freud.


WILHEM REICH


“como seres entre el mundo orgánico y el inorgánico, es decir, las formas más primitivas de la vida o dicho de otro modo, los causantes de las enfermedades de las células”.